Artículos y otros comentarios de un periodista del Sur que un día se marcó una senda Sin Límites
jueves, 18 de diciembre de 2014
JUGUETES SIN LÍMITES
Recuerdo que ese día me levantaba rápido de la cama. En
cuanto abría los ojos y me daba cuenta de
que era de día corría por el pasillo
en busca de los regalos que los Reyes habían colocado de madrugada en el salón.
El corazón me palpitaba y los ojos se me iluminaban con fuerza cuando abría las
cajas con el coche teledirigido o el balón de reglamento. Y todo ello regado de
caramelos que sus majestades habían depositado en los calcetines junto al
Belén. Sonrío mientras lo recuerdo porque era, para mí (supongo que también
para ustedes) uno de los momentos más entrañables del año. Pasó el tiempo y me
hice mayor, pero durante años he sentido casi las mismas sensaciones cuando mis
hijos repetían el ceremonial esa mañana del 6 de enero. Es cierto que siempre hubo
familias sin recursos, pero ahí estaban las organizaciones sociales para
echarles un cable. Y los Reyes Magos nunca se olvidaban de esos niños. Pero las
circunstancias han cambiado.El envite de la crisis ha provocado que la lista de niños y niñas que podrían no tener un juguete este 6 de enero sea demasiado larga. Así me lo constataron recientemente David, Elena y Juan Miguel, los “representantes de los Reyes en Jerez”. Pero aún estamos a tiempo. Y la mejor forma es uniendo esfuerzos, sumando voluntades, remando todos en una misma dirección. El pasado año nació “Juguetes Sin Límites” y tuvo un gran éxito. Este año, la segunda edición de esta iniciativa solidaria se inició el pasado lunes y hasta el 27 de diciembre pretende revertir esta situación con la recogida de juguetes nuevos en el centro de Jerez. Para ello se ha contado con la colaboración de casi 40 entidades, organizaciones e instituciones de la ciudad que han hecho suya la campaña. Porque juntos sí podemos conseguirlo.
Organizado por Sinlímites Comunicación la campaña cuenta con el patrocinio del Ayuntamiento de Jerez, el Grupo Romero Caballero (Las Vides), ACOJE, ASUNICO, ADECOSUR, Centro Comercial Los Cisnes, los comerciantes de La Plaza, los Reyes Magos y Mónica Padilla, autora del magnífico cartel que anuncia la campaña. Colaboran la ONCE, Cáritas, Federación Solidaridad, Proyecto Hombre, Asociación de la Prensa, Club Nazaret, Asociación Santo Ángel, Asociación de Belenistas, Club Rotary, UPACE, CEDOWN, Ateneo de Jerez, Ateneo Cultural Andaluz, Amigos del Archivo, Asociación de Familiares de Alzheimer, La Calesa, Oxfam Intermon, Galería Fedarte, Raquel y Jose Daza, 1#mayoemprende Lola Rueda, Nela García con Carrusel Juguetes y Alabrisa Eventos, Javier Pérez Cordero. Sin olvidarnos de los medios de comunicación, VIVA JEREZ, Onda Jerez RTV, Reporteros Jerez, Canal Sur, Cope, Jerez Televisión, Diario de Jerez, Más Jerez, Grupo Radio Jerez, 8 Televisión y Frontera Radio. El lema de la campaña resume su espíritu: “No pongas límites a la ilusión”. Lugar de recogida: Centro Comercial “Los Cisnes”. Horario: de 10 a 14 y de 17 a 20 horas. Participa con nosotros.
viernes, 28 de noviembre de 2014
LA COMILONA
Dos y media de la madrugada cuando
escribo este artículo. Estoy sentado frente a un escritorio fácil de describir
porque es el que siempre encontramos en cualquier hotel de cuatro estrellas que
se precie. Sobre él, una libretilla en blanco con un bolígrafo que está
diciendo méteme en la maleta junto al gel de baño, la esponja limpiazapatos, el
peine y los pañuelitos de papel que todos nos llevamos de los hoteles. En fin,
que aquí estoy triste, apesadumbrado y con un pesado sentimiento de culpa motivado
por la comilona que acabo de zamparme hace unos minutos entre pecho y espalda.
Semanas de cenas espartanas, danacoles para librarse del colesterol malo, productos
light, leche desnatada, ensaladas con todos sus avíos, tres litros de agua
diarios y cervezas ni olerlas… para esto (mientras digo esto último, observo
con desagrado la barriguita prominente que de la noche a la mañana ha aflorado
en mi apolínea figura). Todo por la maldita tentación. Por ese diablillo que,
situado a la izquierda de mi hombro, me susurraba al oído que esa barbacoa
llevaba mi nombre.
Debería haberle hecho caso al angelito que, a mi derecha, me
alertaba de los efectos de ingerir esos grasientos productos del demonio. Pero
no. Sucumbí y me puse como el quico. Jamoncito, queso bien curado, aceitunitas
de las gordas, langostinos tigre y paté de cabracho con dos jarras de cerveza
hasta arriba… como entrantes. Después, presa y secreto ibérico, longanizas
interminables, choricitos criollos y morcillitas de Burgos, regado todo con un
excelente vino de la Denominación Utiel-Requena (no sé si les dije que este
pasado fin de semana me he venido de visita a esta comarca vitivinícola
valenciana). De postre, mouse de chocolate, chupito de hierbas y dos cubatitas
de ron con cola con unos cacahuetes acaramelados y unas palomitas de maíz que
terminaron de hincharme como un globo. Un homenaje por derecho. Una comilona
“de categoría”, como diría mi amigo Nacho Sacaluga. Pero lo malo ¡qué digo lo
malo, lo peor! estaba por venir. Era la una de la madrugada cuando me levanté
del restaurante y entonces lo noté. ¿Quién me ha atado a la silla?, pensé. Casi
no podía levantarme de lo lleno que estaba. Pagué y me dirigí al hotel
despacio, con un puntito… digamos que gracioso.
Ya por entonces comenzaba a notar
un desagradable sentimiento de culpa por el crimen culinario perpetrado en mi
organismo en las últimas horas y que se hacía patente en la pesadez de estómago
que aún perdura. Pensé que con una buena dormilona se pasaría todo, pero no.
Tras cientos de vueltas en la cama me levanté sudando como un pato y aquí
estoy. Frente al ordenador. Pensando en que la realidad supera, la mayor parte
de las veces, cualquiera de las inspiraciones a las que acudo para escribir
artículos como éste. En fin, son las tres y media y me acuesto. Mañana… será
otro día. Un saludo para los cinco lectores de Viva Jerez que aún me quedan
(contando a mi padre y a mis tres titos). ¿Es usted el quinto? Gracias, amigo.
miércoles, 22 de octubre de 2014
PAREN, QUE ME BAJO
Abro el periódico y me indigno, supongo que como la mayoría
de ustedes. Que si Urdangarín y la Infanta, que si Jaume Matas, los ERES
fraudulentos, Bárcenas y ahora Acebes, Rodrigo Rato y las black, los Puyol y
los Mas, José Luis Núñez y Neymar, Fabra y Correa… ¡Ya está bien! ¿Qué será lo
siguiente? ¿Quiénes esconden aún sus cabezas bajo las alfombras? Me pregunto,
igual que ustedes, en manos quiénes hemos estado y, algunos casos, seguimos
estando. Hablamos de personajes públicos que, en muchos casos, administraban
nuestro dinero en virtud al mandato que les dimos. Pero nos defraudaron.
Metieron la mano en la caja creyéndose impunes. Nos engañaron vilmente y
abusaron de nuestra confianza.
Supongo que ahora muchos abjurarán de la
política en general u optarán por formaciones ideológicamente ambiguas que nos bombardean
de promesas vacías y de paraísos inalcanzables. Yo, en particular, creo que
podemos regenerar la forma de hacer política. Con controles más exhaustivos,
con mandatos limitados, con transparencia, con las puertas abiertas de par en
par, con luz y taquígrafos. Cierto es que en todos los países hay casos de corrupción y prevaricación.
Por desgracia la naturaleza humana tiene sus fallos y puede ser que la
tentación de obtener dinero fácil sea algo que se de en cualquiera que ocupe un
cargo público pero, reconozcámoslo, la frecuencia, la cantidad y el descaro con
el que esta clase de delito se da en España es imposible que se pueda repetir
en cualquier país civilizado de nuestro entorno. Aquí no se salva nadie;
políticos, banqueros, miembros de la judicatura, grandes directivos,
sindicalistas, tonadilleras... Solo hay que oír un telediario para ponerse las
manos en la cabeza. El menos pensado nos sorprende con dinero negro en paraísos
fiscales, coches y cenas de lujo con tarjetas opacas y otros dispendios que
cargan al bolsillo de curritos como usted o yo, mientras nos hablan de
recortes, de despidos “justificados”, de preferentes, de desalojos, de subida
de impuestos, de apretarse un cinturón que ya no tiene más agujeros…
Pero, hay
un hecho que agrava a mi juicio la cuestión y es que, aparte de las
responsabilidades administrativas o penales, el hecho de que el corrupto sea un
político alto cargo en la Administración, comporta un factor añadido que
debería impulsarle a que, sin necesidad de que se le pidiera u obligara su
partido, y ante la duda de que pudiera ser inculpado; dimitiera de su cargo, al
menos, hasta que hubiera quedado clara su situación. Pero no es así. El apego
al puesto, la falta de respeto por quienes lo eligieron o el empecinamiento en
negar lo evidente han hecho que en este país no dimita ni Dios. O cambiamos las
tornas de una vez o paramos este país y nos bajamos. Yo el primero.
miércoles, 15 de octubre de 2014
ALGO PERSONAL
Ahí estaba. Al final de la caja de cartón. Rodeado de
decenas de recuerdos de mi infancia y juventud. Entre el carnet del Cine Club
Popular de Jerez y el álbum de cromos del Mundial 82. Una cinta cassette de
color gris oscuro con una pegatina blanca que decía: “escuchar cuando cumpla los 40”. Sonreí. Me esforcé en recordar
cuándo grabé esa cinta que, según especificaba, debería haber oído hacía un decenio. A
la mente me vino la imagen de un joven de 17 años, inquieto, vital, con muchas
esperanzas, que quería comerse el mundo y al que faltaban unos meses para irse
a la mili. Un joven que tuvo la extraña ocurrencia de grabarse un mensaje para
escucharlo años después. No recordaba bien el contenido, no en vano habían
pasado más de 30 años, pero me picaba la curiosidad. Así que saqué la cinta y
me dispuse a reproducirla.
Pero había un problema. ¿Dónde oírla? En el coche
sólo tenía el CD y en casa ya no quedaba nada donde reproducir una cinta
cassette. Recordé que guardaba en algún cajón una de las grabadoras que
utilizaba para hacer las entrevistas en la radio en la década de los 90. La
encontré, le puse las pilas, me enfundé los cascos y busqué un lugar tranquilo
para oírme ¡con treinta y tantos años menos! Les confieso que me tembló el dedo
al darle al Play. El fin me oí. Era yo. Suspiré. “Hola, soy Esteban, tú mismo, pero ahora tengo 17 años. Cuando escuches
esto habrás cumplido los 40 y, sinceramente, no imagino ahora cómo puedo ser
cuando tenga esa edad. ¿Cómo te va? ¡Uf, le estoy hablando a una persona mayor,
a un cuarentón. Seguro que ya tienes hijos y que tienes un trabajo y una casa
propia ¿En qué trabajas? Oírme debe ser para ti una sensación extraña, ¿verdad?
Probablemente parecida a la que hoy tengo yo, en 1981, hablándole a alguien que
no existe aún. Mi vida ahora es…..”
Y no sigo porque lo que viene es "algo
personal". Incluso, en la grabación, se oía de fondo a mi madre llamándome para
la merienda. Me dio un vuelco el corazón al oírla. Murió siete años después. Les
parecerá una tontería pero escuchar al Esteban de 17 años me sirvió mucho.
Probablemente porque “me reencontré conmigo mismo”. Recordé cosas que había
olvidado, experimenté sensaciones que hacía años había aparcado. Añoraba a aquel muchacho que se abría al mundo por primera vez.
Hubiera querido decirle tantas cosas, darle tantos consejos… Pero no era un
diálogo, sino el monólogo de un chico que ya no existía. Porque sin casi darse
cuenta los años lo habían transformado en la persona que cada mañana se mira ahora
en el espejo. En los últimos días he escuchado varias veces los 30 minutos de
la grabación. Y siempre encuentro matices, detalles que habían pasado
desapercibidos. Lo guardo como oro en paño. Porque, como diría Serrat "entre
ese tipo y yo… hay algo personal".
martes, 14 de octubre de 2014
PARIS, PARIS
París siempre es maravilloso. Un viaje de cinco días a la capital de Francia nos dio para mucho. La Torre Eifel, los Campos Elíseos, Notre Dame, el museo del Louvre... Comparto con todos vosotros algunas de la cientos de fotos que hicimos.
jueves, 2 de octubre de 2014
YO CONFIESO
(Artículo publicado en Viva Jerez el 2/10/2014)

El sentimiento de
culpa me persigue antes y después de la ingesta de esos productos. Los compro
los fines de semana. Los introduzco en una bolsita y los llevo a mi casa. Los
guardo en el rincón más oculto. En un lugar alto, inaccesible para los niños.
Cuando nadie me ve, cuando todos duermen plácidamente, cuando la luna oculta
con su sombra la luz de mi pecado, me transformo cual Doctor Jekyll en un auténtico Mister Hyde, y comienzo
mi ritual. Todo empieza cuando agarro la bolsita y la miro con inusitada
exaltación. Todo el cuerpo tiembla pensado en el efecto que se avecina. Con un
ritual casi medido, me siento en el sofá.
Miro a mi alrededor. Pienso en lo que me espera y una sensación de bienestar,
de pasmoso regocijo me recorre el cuerpo. Entonces lo abro. El olor que
desprende me embriaga y la boca se me hace agua. Cierro los ojos y, tras unos
segundos, los vuelvo a abrir. Vuelvo a mirar a diestro y siniestro ante la posibilidad de que alguien
pueda verme. Y entonces me llevo uno de ellos a la boca. El paladar comienza a
sentir múltiples sensaciones. Los muerdo, los saboreo una y otra vez. Son de
todos los colores, sabores y texturas. Pero tienen algo en común que los hacen
irresistibles. Respiro hondamente y vuelvo al festín. Finalmente, veo el fondo
de la bolsita. Curiosamente, el último es el que sabe mejor. Me chupo los dedos
y vuelve a aparecer el sentimiento de culpa.
Pero, que me quiten lo bailao.
Mañana me apuntaré al gimnasio y, sin duda, comenzaré el régimen… En fin, que
sí, que lo reconozco. Lo confieso públicamente ante ustedes, lectores del Viva
Jerez. Tengo una adicción irrefrenable a consumir… golosinas, chuches,
gominolas, palomitas de maíz, frutos secos, regaliz, chocolate... No lo hago
habitualmente. ¡No se vayan a creer!. Pero cuando lo hago, la culpa y la
desazón me persiguen por igual (aunque yo corro más...). Ahora bajo la cabeza y
entorno los ojos ante ustedes. No se lo digan a nadie y, por favor, no me lo
refieran cuando me vean por la calle. Se me caería la cara de vergüenza. Ahora
les dejo. Es jueves, mañana viernes y se acerca el fin de semana…
miércoles, 24 de septiembre de 2014
A LOS DE MI GENERACIÓN
Esas
noches de sábado en “Salve” en calle Clavel y en “La Pandilla”, en calle Los
Valientes. La discoteca “Karma” en San Joaquín. El bar “Ammondiga” en Barriada
España. La cerveza y los camarones con cerveza que nos ponía Antonio el del bar
“Los Caracoles” en calle Remedios. La morenita y el mosto de “Los palitos” en calle
Sevilla. Los “Pare y Beba” y El Tabanco del “Nono” en Plaza del Arenal. La
“Discoteca Flamenca La Bodega” en San Andrés. “Doble R”, “Zodiaco” y “Scorpio”.
La caseta del “Club Nazaret” en el González Hontoria. “Futbolines Paco” en
calle Escuelas. El “Boxing Club” en Chancillería. El cine “Riba”, el “Jerezano”
y el “Delicias”. El “Eco” y el “Escalera”. Los hermanos Cintado con
“Triunvirato”, “Caprice de Dieux” y “The Box y la Fundación”. El “Candié” con
Quina San Clemente y yema de huevo. El “Tigretón”, “La pantera rosa” y el “Bony”. El vaso de “Nocilla”. El pan migado
en el Colacao y el bocata de onzas de chocolate “La Campana”. La “Mirinda” y la
“Casera negra”. El tinto “Savín” y la Ginebra “Cala”. “Los Marianistas” de la
Porvera y el colegio del “Dute Robaperas”. El pestazo de la Azucarera. Los
llaveros de la Caja de Ahorros de Jerez. El motocarro de las mudanzas y las
DKVs en calle Arcos. Lescún y Marín en Radio Popular de la Cruz Vieja.
Las
barras de hielo de los Benavent para la playa. El estadio Domecq y el concierto
de Miguel Ríos. La “BH” plegable para ir al campo y la Puch Cóndor para ir al
Coloma. Aparcar frente a la caseta de la Feria. El “Tiraó” y la “Lima”. El
“Boloncho y los bolindres de la Base. Las carreras de “chapas”. Las primeras
escaleras” mecánicas de Simago”. El afilaó en bicicleta y el de los
“Mostachones” de Utrera. Las “Carmelas” de los hermanos Perea”. El cuento de la buena pipa y cuando seas padre
comerás huevo. La Feria de la Vendimia. El surtidor de petróleo del Arco de
Santiago. El cine en el Villamarta. La escupidera de nuestras abuelas bajo la
cama. Las “pilas” para lavar la ropa en el Corral. Los “Quintos” por la calle
Taxdirt. Los televisores de Sabino Hoces. Rompechapines y los negros de la
Base. Los arencones en papel de estraza. Donald en el Cine Exin. “La 13 Rue del
Percebe” y “Petra, criada para todo”. Nieto y Tormo en el Circuito de La
Merced. El VHF y “Crónicas de un pueblo”. El antiguo Ayuntamiento de Madre de
Dios. La Central Lechera “La Merced” y el “Eco Jerez”. “Cartonajes Tempul” y
“Jerez Industrial”.
A “Papahuevo” y el “Currito Núñez”. “Con flores a María” y
“Juntos como hermanos, miembros de una iglesia”. Las pelotas de “El Gorila” en
Plaza Plateros. Las escopetas de plomillo y las perchas de pajaritos. Alejo
Pica y las dos sombrererías de los González. El triquitraque y el mixto de las
pistolas. El papel higiénico “El Elefante” y el jabón “El Lagarto”. El olor a
vino y a vinagre por las calles… En poco más de un mes, cumplo los 50 (ahora me
entendéis ¿verdad?).
jueves, 18 de septiembre de 2014
EL REGALITO

¡Chas! ¡No puede ser! Cerré los ojos temiéndome lo peor, aunque por el olor que ya me llegaba y por
lo resbaloso que se había convertido el suelo de repente, la cosa no pintaba nada bien. Y todo, en traje de chaqueta camino a una reunión de trabajo. Miré hacia abajo a la vez que levantaba mi pie derecho de la acera y… En fin, que no les voy a describir la escatológica escena, pero desagradable era un rato. Comencé a saltar a la pata coja con el fin de no “extender” el regalito por toda la acera. Buscaba, no sé, algún matojo, piedrecillas, algo con lo que limpiar el zapato que, para más inri, contaba con una suela con relieve donde se había aposentado esa cosa pestilente. Al fin encontré un lugar donde limpiar todo aquello. Froté el pie enérgicamente pero, por más que lo intentaba, no quedaba del todo bien. Siempre quedaba algo entre las ranuras.
Fue entonces cuando lo vi. Allí estaba, corriendo suelto por el parque, saltando para atrapar la pelotita que su dueño le lanzaba. Éste, por cierto, llevaba en su mano izquierda la correa recogida ¿Sería ese perrito el culpable? En principio lo descarté. Era demasiado pequeño para hacer tal deposición. ¿O no? Igual se despertó con colitis aguda, pensé. A esas alturas, ya me había sentado en un banco, quitado el zapato y con un palito intentaba desprender esa cosa marrón que se resistía a salir impregnada entre las recónditas ondulaciones de la suela. Recordé las campañas municipales que hablaban de lo incívico de sacar los perros sin correa y de la necesidad de llevar bolsitas y todo eso. De repente se acercó. Pensé en olisquearle las posaderas (al perro, no al dueño) a fin de tener la prueba definitiva, pero me parecía ir demasiado lejos. Al fin acabé la limpieza. Me puse el zapato, me até los cordones y miré el reloj. Aún llegaba a tiempo de la reunión. Así que me dispuse a continuar mi camino. Tras haber recorrido unos 50 metros, algo me hizo volver la cabeza. No sé, quizás una intuición. Y allí estaba el perrito, en posición, dispuesto a soltar otro regalito en plena acera. Y vaya que lo soltó. Miré al dueño y éste miró la caquita de su mascota. Se metió una mano en su bolsillo. Sacará la bolsita y lo recogerá, pensé. Pero lo que sacó fue otra pelotita que la lanzó lejos para que el perrito huyera presto del lugar. No podía creerme lo que estaba viendo.
Ya me disponía a increparle cuando observé a una pareja de la policía local. Vi el cielo abierto. Les conté lo sucedido, les indiqué el lugar de la infracción, del joven y de su perro. Y esperé. Ya no tenía prisa. Estaba lejos, no podía oír nada, pero por los gestos se entendía todo. Cómo el joven encogía los hombros y bajaba la cabeza. El policía señalando al perro, a la caca y la correa que llevaba el dueño en la mano... Me quedé un par de minutos más para ver cómo rellenaba la multa y se la entregaba en mano… Y seguí la marcha. Sí, era un chivato, pero qué bien me sentía…
miércoles, 10 de septiembre de 2014
ENVIDIA
En estos últimos meses me he topado con una realidad que
viene a refrendar esa máxima que dice que el fútbol no es el deporte nacional
en este país… si no la envidia. Y Jerez, por mucho que me pese, podría impartir
un máster internacional sobre este denominado “pecado capital”. Me apena que
esta ciudad no acabe de despegar a causa de los palos que introducimos en las
ruedas de aquellos que únicamente piensan en cambiar lo establecido. Me da
rabia que en los corrillos más rancios y casposos de esta sociedad se eche por tierra
a jerezanos cuyo único pecado fue intentar romper, escapar de esa cúpula de
cristal que algunos construyeron uniendo los cuatro puntos cardinales que van
desde Doña Blanca a Cañada Ancha, y desde la Laguna de Medina a la Carretera
del Calvario. Y todo fruto de un conservador inmovilismo propio de pueblos sin
estación que pretenden amarrar a sus convecinos con la larga soga de la
tradición.
En otro artículo, hace años, hablé de Jerez como un pueblo con
aspiraciones a ser ciudad aludiendo a determinadas actitudes que se anclaban entre
el adobe que sostienen sus murallas. Y entonces (como supongo me ocurrirá ahora)
sufrí las más feroces críticas que me recordaban que si tenemos más de 200.000 habitantes,
que si nuestra Feria es la mejor del mundo, que si nuestra Semana Santa es la
número uno, que si somos la ciudad del motor, del flamenco, del vino, del
caballo… ¿Y qué? ¿Qué hay de malo en criticar la ciudad en la que uno ha nacido
si lo que únicamente se persigue es que deje de mirarse el ombligo y se
desprenda de sus anquilosadas ataduras? No nos engañemos. Jerez tiene potencial
en todos los ámbitos, y personas que son capaces de tirar del carro. Pero antes
debemos olvidar las zancadillas, las trabas.
Espero que esta ciudad alcance un
día a comprender que no vivimos aislados. Que, antes al contrario, sobrevivimos
en una comunidad de intereses comunes y que todo lo bueno que le suceda a mi
vecino, amigo o conocido repercutirá antes o después, directa o indirectamente,
en nuestro propio beneficio. Que alegrarse por el mal ajeno es el consuelo de
unos pocos tontos. Y que la envidia no deja de ser ese ahogado sentimiento de
rabia que surge de la ceguera de quienes no ven más allá de la Cuesta del Chorizo.
Deseo que esta ciudad entierre de una vez por todas la vergüenza ajena y el qué
dirán. Que nos sobrepongamos a nuestros miedos y hagamos añicos ese techo de
cristal. Que extendamos la mano para ayudar no para hundir. Y espero que los
profetas que un día huyeron vuelvan a su propia tierra reconocidos como tales y
que puedan pasear por la calle Larga sin temor a los cuchicheos y envidias
malsanas de malas marujas y marujos que flaco favor hacen a uno de los rincones
más bellos del mundo.
miércoles, 3 de septiembre de 2014
YO SOY

Considero
que bajo ese aparente halo de seguridad que la mayoría de estos sujetos enarbola,
se esconde un ser inadaptado, inseguro y con un afán de protagonismo que por
sus propios méritos no podría alcanzar. Es por ello que (no sé si consciente o
inconscientemente), hacen daño a los demás para conseguir sus propósitos,
utilizan a sus incautos conocidos para sus fines e incluso son capaces de pasar
por encima de ellos para lograr lo que anhelan, logrando por tanto el rechazo
de los que le rodean. Viven en una persistente disputa con los demás porque se
consideran poseedores de la verdad absoluta. Deambulan de un lado a otro como
las inconstantes bolas de un pinball y, por todo ello, son objeto de la burla
de los demás. Probablemente, en la mayoría de los casos jamás le dirán nada. El
escarnio se trasladará a corrillos improvisados de personas que lo conocen, donde
se narrarán sus últimas hazañas, sus lindezas y ocurrencias, y alguien
recordará aquella vez que hizo esto o lo otro, y le pondrán motes y se mofarán
de él. Conozco a algunos de estos individuos, a muchos diría yo, y en el fondo,
me dan lástima…
Viven a contracorriente. Y en ese camino equivocado en
ocasiones chocan de frente con alguien que les pone en su sitio diciéndoles lo
maravilloso que es compartir, tener amigos y alegrarte de sus triunfos,
disfrutar de la vida sin torcer el gesto. Y parecen entenderte… Pero es efímero
y al poco tiempo vuelven a las andadas. Y al final del camino no encontrarán a
nadie a su lado. Ni hombros amigos en los que apoyarse, ni incautos conocidos a los que acudir en
busca de ayuda. Pero entonces, ya será demasiado tarde...
miércoles, 9 de julio de 2014
HEDONISMO
(Artículo publicado en Viva Jerez el 10/7/2014)
Los que me conocen realmente saben de mi carácter hedonista.
Y es precisamente ahora, que el verano comienza a instalarse, cuando ese perfil
mío se fortalece. Probablemente porque el tiempo invita a disfrutar de los
placeres mundanos y a vivir intensamente esos instantes de placidez. Muchos me
han oído hablar sobre la necesidad de vivir intensamente los momentos felices
ya que vivo en la convicción de que la felicidad plena no existe.
Considero que
vivimos en la búsqueda permanente de una falacia que nunca llega. Una meta que
nunca hemos de cruzar porque siempre habrá obstáculos que nos harán recordar
que tenemos los pies de barro. Levantamos castillos en el aire que,
irremediablemente, están condenados a esfumarse por mor de avatares que no
controlamos. Perseguimos obsesivamente la fama, el dinero o el amor creyendo
que al conseguirlo tendremos una vida plena de felicidad. Pero en realidad todo
es, simplemente, un autoengaño. “Seré feliz cuando acabe los estudios, cuando
comience a trabajar, cuando me case, cuando me den la casa, cuando tenga un
hijo, cuando me jubile, cuando, cuando, cuando…”. La propia vida se encargará irremediablemente
de desmontarnos día a día ese efímero castillo de sueños.
Reconozco una cierta
pesadumbre en el comienzo de este artículo, quizá motivado por mi experiencia
como gran constructor de castillos que el paso del tiempo, las circunstancias u
otras personas se han encargado de derribar una y otra vez. Es por ello que me declaro proclive a los placeres más
inmediatos, al hedonismo más cercano. Ser hedonista es aplicar al máximo el
“Carpe Diem” de la Roma clásica: “Vive cada momento de tu vida, como si fuese
el último de tu existencia”. El hedonismo es una teoría moral que sitúa al
placer (hedoné) en bien último o supremo de la vida humana. De esta forma, suelo
disfrutar de placeres como el tomar una copa de amontillado en compañía de
buenos amigos en la Tasca San Pablo, en el Bar Corredera o en El Soleo; con un
largo paseo, sin prisas, al atardecer, desde Fuentebravía a Las Redes; comiendo
palomitas mientras veo una buena película bien en casa o bien en el cine;
jugando al fútbol o al escondite con mi hijo en el patio de casa; disfrutando de
un buen concierto en directo; o simplemente exprimiendo un íntimo instante de
reflexión al abrigo de una noche de verano cualquiera. Es más simple de lo que
creen, pero a la vez complejo de asimilar. Esos instantes están tan cerca que,
a veces, no los observamos. En ocasiones busco, preveo esos momentos felices. En
otras aparecen inesperadamente y, entonces, intento no dejarlos escapar. Los
exprimo, los dilato para saborearlos al máximo, consciente de que igual otro
día llegarán momentos parecidos pero nunca, nunca serán iguales. Porque el
“cuando”, es “hoy”.
miércoles, 11 de junio de 2014
EQUIDAD
(Artículo aparecido en Viva Jerez el 11/6/2014)

“Hojeo el periódico con sano ánimo de estar informado y todo
en él resulta insano: Las escuchas de los sabuesos de Obama a la pelirroja
Merkel; corrupciones del alcalde de Venecia; el caballero de la mesa redonda
catalana, Arturo Mas, con su persistente rollo soberanista; dinero público para
las campañas del PP-Madrid; al angelito Blasco se le impone una fianza
irrisoria de 200.000 euros para eludir la cárcel;
los eres fraudulentos andaluces; de las páginas económicas mejor no hablar ni
escribir. En fin, engaños, corrupciones, saqueos, prevaricaciones...
Afortunadamente,
las páginas culturales me distraen y me ilustran; las que se emplean en la
ciencia y la tecnología me alivian; por las de deportes paso de puntillas; y
las necrológicas (a más edad menos evitables) me refrescan la memoria sobre el
amargo reverso de la moneda y lo efímero de nuestra existencia. La vida es
el anverso valioso de una moneda de curso esencial, “el río manriqueño que va a
dar en la mar, que es el morir”, escribió D. Jorge. Pero mientras ese río
fluye, mientras nuestra existencia transita por su lecho, salvando recodos,
deteniéndose en ocasiones, corriendo otras, saltando piedras y escarpados, a
veces diáfano y otras tantas turbio, no debiéramos ignorar ni olvidar las aguas
estancadas y malolientes y las ciénagas más sombrías. No sabemos si hay vida
después de la muerte, lo que es cierto es que hay muerte después de la vida y,
la más penosa de las certidumbres, que existe y nos rodea la muerte en vida.
Vidas destrozadas por cien mil guerras, hambres y miserias, pobrezas de extrema
gravedad, pueblos enteros exentos de auxilios, donde la enfermedad y la muerte,
en perverso tándem, se enseñorean y se instalan entre sus habitantes. Vivimos
encharcados en pleitos y controversias de dudosa efectividad, en tontos debates.
Nos bandeamos entre independentismos, nacionalismos integristas y canallas,
monarquías vs. repúblicas, banderas de uno u otro color, el yin y el yang,..
Olvidamos en cambio a los que de verdad necesitan atención, a los que sufren,
desahuciamos de nuestras memorias a pobres de socorro urgente, a hambrientos
sin pan ni consuelo. El verdadero poder está concentrado en manos de unos pocos
y éstos ostentan más riqueza que el PIB en conjunto de los países más pobres.
Son los poderosos, al mando de sus respectivos países, los que imponen sus
recetas en el G-20 para no perder privilegios. Aunque huela a utopía y a
demagogia, ¿no sería ésta causa necesaria para amotinarse, revolverse como
felino panza arriba e intentar modificar esa injusta estructura establecida por
la élite dominante? “Para que la globalización sea positiva, ha de serlo para
pobres y ricos por igual. Tiene que aportar el mismo grado de derechos que de
riquezas. Tiene que suministrar el mismo grado de justicia y equidad social que
de prosperidad económica y de buenas comunicaciones” (Kofi Annan).
miércoles, 4 de junio de 2014
AQUÍ CABEMOS TODOS
(Artículo publicado en Viva Jerez el 5/5/2014)
Me patean esos individuos que te apartan por ser diferente. Me asquean esas
personas que discriminan a los demás por no ser de su misma raza, religión o
tendencia sexual. Aborrezco a aquellos que creen hablar en nombre de los demás
y que utilizan el término “normal” como única vara de medir. Me entristece
observar en la sociedad actual comportamientos xenófobos, racistas y
excluyentes que únicamente persiguen situarse en una posición superior y, desde
esa atalaya absolutista, utilizar la fuerza como argumento y el poder en vez de
la razón. En algún otro artículo subrayé que este mundo en el que nos ha tocado
vivir, es de todos y de nadie. Formamos parte de un todo llamado naturaleza (a
la que por cierto maltratamos, dicho sea de paso). Esta sociedad la hemos
creado entre todos y, entre todos, hemos elaborado las leyes que nos permiten
convivir en armonía. Sólo aquellos que no acepten formar parte de esta
estructura, bien autoexcluyéndose conscientemente o bien contraviniendo la ley
que hemos consensuado entre todos, pueden considerarse al margen. Los demás, la
mayoría, forma parte de una cadena a la que no le sobran eslabones.
Nadie es
dueño de esa cadena ni nadie puede hablar en su nombre. Ni gobernantes, ni
políticos, ni empresarios. Es la colectividad, entendida ésta en un sentido
estrictamente democrático y plural, la única que puede crear, alterar o
suprimir esas normas que nos hacen iguales ante la ley. Por eso, me duele
enormemente cuando a través de los medios de comunicación escucho los
constantes episodios de violencia masculina hacia las mujeres, los ataques
gratuitos de “los elegidos” de un determinado partido político frente a “los
otros”, los actos terroristas de unos pocos que se creen muchos contra todos,
las humillaciones que sufren algunos homosexuales por su valentía al salir del
armario o los abusos y vejaciones hacia los inmigrantes porque son diferentes y
“nos van a invadir”.
Afortunadamente se trata de actos cada vez más aislados,
pero no debe bajarse la guardia frente a la intolerancia. La historia nos
advierte de los errores del pasado y debemos tenerla presente a fin de no
repetirlos. Negros, blancos y amarillos. Heteros, bis y homosexuales. De
derechas y de izquierdas. Discapacitados o no. Cristianos, musulmanes o ateos.
Altos y bajos. Rubios y morenos. Hombres y mujeres. ¿Alguien se atreve a
afirmar que es mejor que el otro?. Parafraseando a Víctor Manuel, “Aquí cabemos
todos... o no cabe ni Dios”.
miércoles, 28 de mayo de 2014
QUE NO
Que no. Que nadie se equivoque. Que
nada volverá a ser lo que fue. Que todos, tanto usted como yo, la sociedad en
general, la economía… Todos hemos cambiado y nada volverá a ser lo mismo.
Cuanto antes nos demos cuenta, mejor. Se acabaron los sueldos de miles de euros
y pluses por casi todo, los altos tipos de interés, el pisito en la playa y un
mes de vacaciones pagadas. Atrás quedaron las mariscadas “vamos que nos vamos y
ponme otra de gambas blancas” en Romerijo, los viajes a Cancún que “pa eso está
la tarjeta de crédito”, las tres hipotecas, el kárate del niño y las clases de
ballet y de hípica de la niña, la casa en el Rocío con mucho jamón “del bueno”
y muchos langostinos de Sanlúcar.
Que no. Que igual alguno de los que ahora
leen esto se pueden permitir alguno de estos “lujos”, pero no todos, que la
cosa no está para tirar cohetes. Que ahora ser licenciado en derecho, en
medicina o en arquitectura no te da pasaporte directo para vivir en Montealto y
codearte con los Domecq. Y que incluso tener este apellido, no te garantiza ir
a las fiestas de postín en Jerez, sobre todo porque ya casi no hay fiestas de
postín. Que ya no queda dinero ahí fuera y si lo hay lo tienen unos pocos, lo
de siempre, esos que miran a los de abajo por encima del hombro. Que el dinero
que nos queda está bajo una losa o en una cuenta corriente al 1%. Que preferimos
arreglar el coche antes de comprarnos otro nuevo, no vaya a ser que… Que a los
niños un día a los cacharritos de la Feria (el miércoles que es más barato) que
no está la economía para farolillos. Que a mi primo Manolo la empresa le ha
aplicado un ERE y ahora está echando curriculums a diestro y siniestro y no
encuentra nada; que a mi amigo Juan se le ha acabado el paro y está cogiendo
caracoles para llevar algo a su casa y que mi cuñada trabaja diez horas de
media por 500 euros y cállate que hay cola ahí fuera esperando. Que nadie habla
ya en tono despectivo de los “mileuristas”. Que mi hija estudia alemán por si
tiene que coger la maleta y buscarse la vida con la teutona de Merkel. Que
tenemos miedo en el cuerpo por lo que vaya a pasar. Que llevamos oyendo hablar
años de los brotes verdes pero que por mucho que escarbamos no aparecen. Que
los bancos no dan crédito y ni siquiera una mísera sartén de teflón por
ingresar allí tu dinero. Que hemos hipotecado la dorada vejez de nuestros
mayores poniéndoles la mano cada vez que cobran a primeros de mes. Que cada día
nos levantamos con ganas de decir hasta aquí hemos llegado y vamos a comernos
el mundo y seguro que saldremos de esta, pero la calle es la calle, y las
historias que en ellas nos cuenta nuestra gente es para tirar la toalla.
Todo
ha cambiado. Dicen que esta nueva generación será primera de la historia cuyos
hijos vivirán peor que sus padres. Me da miedo, tristeza. Habrá que
reinventarse, supongo. Y cambiar el chip. Y plantar nuevas semillas que nos
descubran nuevas sendas. En fin, no me tengan en cuenta. Hoy me he levantado un
poco tristón. Mañana, mañana será un nuevo día.
domingo, 4 de mayo de 2014
ONDA JEREZ CUMPLE 25 AÑOS
El pasado viernes, 2 de mayo, ONDA JEREZ TELEVISIÓN cumplió 25 años. Fue en 1989 cuando comenzó sus emisiones en la calle Medina con un grupo de profesionales que fueron el germen de lo que hoy es este medio de comunicación local. Este es mi particular recuerdo en imágenes de los primeros años de una emisora que ya forma parte de la historia de esta ciudad y que ha ocupado un espacio muy importante en mi vida. Porque 20 años... no es nada (Gardel)
miércoles, 30 de abril de 2014
ONDA JEREZ EN EL RECUERDO (2ª parte)

Programas como “Doble la esquina”, “Código V”, “El espejo”, “El
paseíllo”, “A compás” o “Jerez Hoy” forman parte ya de la memoria colectiva de
una generación que vio la realidad de su ciudad, de su gente, de sus calles y
plazas a través de la pequeña pantalla, que vivió en directo la Feria, la
Semana Santa, la Navidad, el Rocío, la Fiesta de la Bulería o San Antón, que se
familiarizó con la presencia de las cámaras de Onda Jerez. Y todo, pese a los constantes
cierres gubernamentales que, en 1989, consiguieron unir más si cabe a la ciudad
y “su televisión”. Después llegó el edificio de la calle Caballeros, y la Expo
92, los Juegos Ecuestres Mundiales, la canonización de San Juan Grande, Fitur,
los mundiales de motociclismo, el ascenso del Xerez, los cambios de gobierno
municipal, la capitalidad europea del Vino… Y Onda Jerez estuvo a la altura narrándolos
en directo. Y llegó Internet que propagó la señal por todo el planeta, y nuevas
unidades móviles, y Jerez creció hasta los 200.000 y llegaron otros medios que completaron
la oferta informativa de la ciudad. Y llegó la crisis, y con ella, los
problemas, los administradores concursales, la falta de medios… y la salida
voluntaria de algunos compañeros.
Y llegamos a nuestros días. No me pregunten
cuál es el futuro de una emisora que llevo en el corazón. No lo sé. Sí les diré
mi deseo, que no es otro que Onda Jerez siga formando parte de la historia de
esta ciudad. Que se ponga en valor su archivo audiovisual labrado tras un
cuarto de siglo de ilusionante trabajo. Que sus profesionales sigan contando la
realidad. Porque se lo merecen ellos y se lo merece Jerez. Feliz Aniversario.
sábado, 26 de abril de 2014
ONDA JEREZ EN EL RECUERDO. 25 AÑOS DE TELEVISIÓN LOCAL (1ª parte)

Me despedí esta pasada semana
de la audiencia y ahora me despido de ustedes en este espacio que gentilmente
me ofrece Viva Jerez. Dije entonces, y también ahora que llevaré en el corazón
una emisora que ha formado y formará parte de mi vida. Este pretende ser el
primero de dos artículos en los que intentaré rebuscar en una historia de Onda
Jerez Televisión que me ha tocado vivir en primera persona desde sus inicios,
contando sus fiestas, sus noticias, sus hechos más significativos. Ahí va la
primera entrega: Recuerdo que era el mes de febrero de 1989. Llevaba más de un
año compartiendo micrófono en Onda Jerez Radio con Germán Fonteseca, Gabriel
Álvarez, Olga Isabel Fernández, Mercedes Olmedo, Mauricio Roberto Peña,
Francisco José Román, Juan Ignacio López, Ildefonso Cáceres, Inmaculada Leyva,
Manolo Sánchez, Miguel Perea, Carlos Manuel López y otros compañeros con lo que
tuve la fortuna de trabajar en este maravilloso proyecto radiofónico. Alguien
nos dijo que el Ayuntamiento pretendía crear una emisora de televisión que, siguiendo
la estela de la radio adoptaría el nombre de “Onda Jerez Televisión”. Comenzaron a llegar a la calle Patricio
Garvey las primeras cámaras, los focos, monitores, ediciones… Por aquel
entonces, en casa solo se sintonizaba TVE y el UHF. En algunos bloques incluso
se captaban los “vídeos comunitarios” como Intercable con infinidad de
películas y dibujitos. Pero el concepto de televisión local nos sonaba a chino.
Fueron José Antonio Carmona, como director, Francisco Jiménez, como Jefe
Técnico y José Ramón de la Hera, como Realizador quienes impulsaron un proyecto
en el que nadie confiaba y que precisaba de visionarios que creyeran en este
nuevo invento. Llegaron compañeros de Madrid, como Alberto Pascual. Y cámaras
como Julio y Santiago que nos abrieron la mente a través del objetivo. Y se
sumaron profesionales como Jaro en decorados, Juan Antonio Ortegón en deportes,
María de los Ángeles Polanco en magazine, María de los Ángeles Reyes en
administración, Antonio Soto en producción, Ángel Jiménez, Pepe García Ábalo,
José Manuel Sánchez, Ignacio López, Javier Aroca, Jesús Sotomayor, Juan
Villagrán, David Monje, Pepe Hormigo, Juan Antonio Menacho, Diego Padilla,
Manolo Doña, Juan José Barba, Margarita de Torres, Desiderio Martínez, José
María Soto… (Seguirá)
jueves, 10 de abril de 2014
LAS GAFAS DE CERCA
(Artículo publicado el 10/4/2014 en Viva Jerez)
Me he resistido
como un jabato, pero al final he tenido que transigir. Meses en los que me
engañaba a mí mismo haciéndome creer que esta situación era transitoria y que
al cabo del tiempo volvería a verlo todo con claridad. Pero nada. Supongo que
tantas horas delante del ordenador y leyendo por las noches hasta altas horas
de la madrugada desgastan la vista de cualquiera (de cualquiera que ronde el
medio siglo, quiero decir). Ya últimamente tenía que entornar los ojos para ver
con claridad a la vez que alejaba la
vista cada vez más del libro y de la pantalla. Además, pensé que ese constante
dolor de cabeza al terminar la jornada podría derivar de todo esto. Así que
finalmente, y a regañadientes, le hice caso a mi mujer y fue a la óptica. “Aquí,
mi marido, que no ve bien de cerca”. La primera en la frente. “Que no, que no
es para tanto, que únicamente es que cada vez me tengo que poner más lejos del
ordenador o del libro para poder leer bien, nada más”. Sonrisas de la óptica y
de mi mujer. “Entre conmigo a esta habitación y le vamos a hacer unas pruebas”.
Y allí estaba yo, con unas gafas redondas muy pesadas al estilo Rompetechos cuyas
lentas cambiaba la chica una y otra vez preguntándome si veía bien las letras y
símbolos de la pared. Hasta que sucedió. De repente, una perspectiva del mundo
casi olvidada regresó a mi retina con una claridad exultante. Después de años
viendo el mundo de una forma, ahora se me presentaba con más color, con más
luz, con más contraste. Y para colmo, eran las lentes para ver de lejos, cuando
mi intención primera era para ver bien de cerca. “Pues va a ser que necesita
usted gafas para conducir y para leer” ¿Cómo? No ¿Yo con gafas? “Usted debe
haberse equivocado. Yo veo lo traspuesto”. Paradójicamente esto último se lo
decía a la óptica mientras la observaba con esas gafas redondas… perfectamente
graduadas. En fin, que allí estaba yo. En el mostrador de la tienda viendo
pasar decenas de gafas de todos los tamaños y todos los estilos para ver de
cerca y para ver de lejos. “Bienvenido al mundo de las gafas, las monturas, las
patillas, las fundas…”, me dijo mi mujer sonriendo. Y aquí estoy ahora,
escribiendo este artículo en el ordenador con mis gafas de montura plateada y
un cordoncito que cuelga tras el cuello para que no se me extravíen. Y en el
coche, en una fundita, las que utilizo para ver de lejos, sobre todo para
conducir de noche. Ayer me miré al espejo y casi no me reconocía. Me vi más
canas, más arrugas con las gafas nuevas. Así que me las quité y creo que desaparecieron
por arte de birlibirloque. Creo que me estoy obsesionando. Me las acabo de
quitar. Ea, boy a acaber exte articul sin prablemas, aunqe dispoes me doela la
cavesa. ¡arriesgao que es uno…!.
miércoles, 2 de abril de 2014
PISA
(Artículo publicado en Viva Jerez el 3/4/2014)
Se veía venir.
Los datos de los últimos años ya evidenciaban la mala situación que, en materia
educativa, arrastra este país. Y hace un par de días se ha constatado con los
resultados del Informe Pisa. Los medios de comunicación han salido al paso de esta
información con titulares como “los
alumnos españoles a la cola de la OCDE…”, “los malos resultados del informe Pisa ponen en duda el sistema
educativo español...”, “el alumnado
español suspende en habilidades para resolver problemas cotidianos…”, “las matemáticas siguen suspendiéndose en
España…”. En fin, que más de lo mismo. Que nuestro país, informe tras
informe, sigue cateando en educación sin que nada ni nadie le ponga freno a
esta debacle. La difusión de los resultados ha tenido
un fuerte eco mediático, aunque a menudo con lecturas demasiado partidistas y
donde lo único que parecía importante era encontrar culpables. Y a la
hora de buscarlos, políticos, sindicalistas, padres, alumnos y profesores
lanzan balones fuera intentando eludir un problema que es de todos, pero
principalmente de los primeros que juegan a ser profesores promulgando leyes
educativas de siglas rimbombantes, que durante años se han contradicho unas a
otras (la LODE, la LOGSE, la LOCE, la LOE y ahora la LOMCE). Unos políticos que
creen que la solución está en cambiar de siglas y donde antes era la EGB y el
BUP ahora es la ESO y el Bachillerato (eso creo, porque ya casi nadie se
entera). Y donde antes era un cero o un diez, después fue un “necesita mejorar o progresa adecuadamente”
y ahora vuelta a empezar. Pero los políticos no son los únicos culpables de lo
que está pasando. Todos, en general, debemos entonar con fuerza el “mea culpa”,
padres y profesores incluidos. El Informe PISA sólo
tendrá utilidad real si sirve para desencadenar un proceso de reflexión serena
sobre la necesidad de llegar a acuerdos muy amplios sobre el sistema educativo
que necesitamos y que queremos; sobre la relación entre gasto educativo y
resultados; sobre la necesidad de una movilización social que amplíe el debate
al conjunto de la sociedad pero que, a la vez, escuche al profesorado; sobre el
grado de autonomía necesaria para que cada centro pueda establecer sus
prioridades y su manera de hacer. Considero
que la
educación debería convertirse de una vez por todas en un asunto de Estado. Los
partidos políticos deberían sentarse en una mesa junto con los representantes
de los centros educativos y negociar la creación de una ley educativa seria,
consensuada, responsable y, sobre todo, duradera en el tiempo. Nos jugamos
mucho. Sobre todo el futuro de nuestros hijos. Y con eso no se juega.miércoles, 12 de marzo de 2014
ESE JEREZ OLVIDADO

Les confieso que cada vez paseo menos por algunas zonas del casco histórico. Por vergüenza, por rabia, por lástima tal vez. Alcaidesa, Liebre, Justicia, Palma, San Juan, Orbaneja y un largo etcétera de calles de las collaciones de San Mateo, San Lucas y San Juan (por hablar tan solo de la zona donde nací y me crié) se muestran despobladas, descuidadas. Casas de vecinos sin risas ni voces, sin geranios ni ropa tendida, sin cantes por bulerías ni toques a compás, sin la lima o el bolindre ni elásticos para saltar a la comba. Fincas medio derruidas asediadas por jaramagos, casas palacio apuntaladas, plazoletas sin travesuras. Barrios sin zapateros remendones, sin colmados, sin quioscos de chucherías. Ese centro histórico que Jerez mostró orgulloso durante siglos se presenta en pleno siglo XXI como un recuerdo olvidado, como esos colosales decorados de las grandes películas que ahora, tras la gloria, duermen el sueño de los justos, arrinconados, cogiendo polvo, comidos por la carcoma.
Me da pena. Se me revuelve el alma ver cómo el verdín y la suciedad se comen poco a poco los vetustos muros de las iglesias. Me enerva ver cómo las pintadas campan obscenas a sus anchas. Me inquieta comprobar cómo se ha olvidado esa cal blanca que hervía en los corrales de las casas de vecinos y que llenaba de luz sus fachadas. A veces, cierro los ojos y recuerdo el colegio del Dute Robaperas en calle Justicia y los niños que corrían a la salida con remiendos en los pantalones. Me viene el olor a pan recién hecho del horno de la cuesta Orbaneja o el de los chicharrones de la carnicería de la calle San Juan o el del vino que se derramaba de esos tubos que atravesaban las calles de bodega en bodega, o el del gasóleo del surtidor del Arco de Santiago; y me llega el ruido de la imprenta de la calle Palma, el de los “Futbolines Paco” en calle Escuelas o el del taller de bicicletas de la plaza Carrizosa; el meneo de las fichas de dominó del bar “Las Piedras Negras” en Plaza San Juan o el “Pare y Beba” de la Plaza de los Ángeles; y me parece ver el caqui inconfundible de los soldados del cuartel de Tempul cuando salían de permiso; y el traqueteo de la maquinilla por calle Ancha o el de la fábrica de hielo de Benavent de la plaza Cocheras o el del taller mecánico de plaza Peones; y el sonido de las películas de indios que se escapaba en esas noches de verano junto al Terraza Tempul. Y el flautín del afilaor y el vozarrón del que vendía los mostachones de Utrera.
Y tantas y tantas sensaciones que ahora sólo habitan en la memoria de los que ya peinamos algunas canas. Porque después, abro los ojos y vuelvo a una realidad que dista mucho de la que atesoran mis recuerdos. Y veo calles sin niños y plazoletas sin madres con carritos de bebé y cascos de bodega abandonados a su suerte. Y entonces me entristece ver un presente al que, hoy por hoy, no le veo futuro.
miércoles, 5 de marzo de 2014
Emprendedores
“Héroes y heroínas para un cambio de época”. Es el
título de la jornada convocada
para hoy jueves por la Cátedra de Autónomos en el campus de Jerez de la
Universidad de Cádiz. Título que define a las claras la valentía (o la
inconsciencia, según se mire) de hombres y mujeres que un buen día decidieron
emprender en solitario un camino laboral en un escenario que no invitaba
demasiado a la aventura. En muchos casos, abandonando la denominada “zona de
confort”, una vida tranquila y ya establecida, con trabajo fijo y estable, por
un proyecto personal como emprendedores. Lola Rueda, asesora de empresas
en Turismo 2.0 y promotora del encuentro; la artista y gestora cultural Inma
Parra, y la directora de Sinlímites Comunicación, Amparo Bou hablarán de sus
experiencias personales, de sus retos al frente de sus respectivos proyectos.
En unos casos, empujados por el cierre o el despido en la empresa donde
trabajaban, en otros, por
decisión personal. Pero en todo caso, con la ilusión y la esperanza de
encontrar un camino propio, una senda laboral que les llene a pesar de que en
muchas ocasiones los comienzos fueran difíciles, tortuosos, llenos de
obstáculos administrativos que absorben buena parte de la energía. Porque para
muchos, el mundo de la empresa les es completamente ajeno y deben aprender
desde cero a elaborar las facturas, presupuestos, a los 30, 60 ó 90 días para
cobrar, a la declaración del IVA, el impuesto de autónomo y demás vericuetos
inherentes a esta nueva condición. Estas tres mujeres no “contarán batallitas
de indios” como argumentan algunas. Ellas hablarán con el corazón, sin resentimientos
ni traumas personales. A esta jornada de hoy le precederá una conferencia de
Fernando Sánchez Salinero, un
reconocido ponente a nivel nacional que se define a sí mismo como “Superpyme”.
Se trata de un experto que ayuda a profesionales a enfocar el reto de
modernizarse y adaptarse a los continuos cambios que se producen a su
alrededor, reivindicando en todas sus apariciones públicas que “ama a las
pymes”. En
sus conferencias viste su traje de superhéroe, un mono de trabajo granate con
corbata a juego, lleva impresos mensajes como “I love pyme” o “el vaso está
medio lleno” como lemas del optimismo realista que difunde.
Para terminar, hago
mías las declaraciones de Amparo Bou que, en su blog www.amparobou.com dice que “en la
ponencia mi intención (y estoy segura que la del resto de ponentes) no es
sentar cátedra ni “contar batallitas”, sino contar mi experiencia del
trecho que llevo recorrido como emprendedora, en la esperanza de que a alguien
le pueda servir de ayuda o consejo para evitar los errores que yo cometí, igual
que a mí me sigue sirviendo la experiencia de quienes van por delante de mí”.
viernes, 14 de febrero de 2014
EL NO DÍA DE SAN VALENTIN

Hoy es el día de los enamorados, hoy, hacen su agosto los que venden bombones, flores, detalles románticos, joyas y las compañías telefónicas facturan miles de mensajes y llamadas... Hoy también el feisbuq entrará en efervescencia rosa con mensajitos y cadenas entrelazadas de amor eterno, ositos de peluche adornados con corazoncitos y lacitos de colores y qué bonito es todo, y la vida es maravillosa si se está enamorado y demás historias.
Y este día de los enamorados de dónde viene?. Al parecer del santo románico San Valentín que, por cierto fue decapitado por potenciar el matrimonio entre soldados en tiempos de guerra (no entre ellos, si no entre éstos y sus novias se entiende). Algo que no estaba bien visto por aquello de que se suponía que era incompatible el amor y el matrimonio con el ejercicio de las armas.
Lo que probablemente pocos sepan es la celebración de San Valentín en España no tiene mas de 50 años de historia. Este día tan "bonito y especial" se lo debemos a Pepín Fernandez, que, a su vuelta de hacer las américas en Cuba fundó Galerías Preciados y abrió su primer establecimiento en Callao en 1968 siguiendo la línea de unos grandes almacenes de la Habana. El único mes que no tenía festividad popular para impulsar sus ventas era febrero. Por ello se dijo “Hagamos que el 14 de febrero, día de San Valentín, se el día de los enamorados y que las parejas se sientan obligadas a regalarse algo” y lo introdujo en el calendario de operaciones comerciales.
En fin, que hoy es un día especial… porque lo dijo Galerías Preciados. Así que hoy quieren, de corazón, hacer un regalo especial a sus parejas, adelante. Pero no se vean obligados a hacerlo porque un señor se inventara a finales de los 60 esta celebración.
Les propongo que hoy NO REGALEN NADA a sus parejas: ni cenas románticas, ni flores, ni bombones, ni ositos de peluche. Nada de nada. Ni una sola referencia al día de san Valentín. Y aprovechen los 364 días restantes del año para decirles te quiero. Así, de esta forma, le daremos una patada ahí mismo al consumismo impuesto por los grandes almacenes. Ahí queda eso.
miércoles, 12 de febrero de 2014
CADENAS EN FEISBUQ

(Artículo publicado en Viva Jerez el 13/2/2014) Por favor, que no ¿Por qué insistís una y otra vez? ¿No os ha quedado claro que no las quiero recibir y que no les hago el más mínimo caso? Pues entonces ¿Por qué vuelta la burra al trigo? Al final he tenido que escribir este artículo a ver si de una vez por todas os dais por aludidos. Bueno, supongo que muchos no sabréis a qué me refiero, así que ahí va la explicación pertinente. No quiero que me mandéis más mensajitos al feisbuq o a otras redes sociales para que reenvíe a 10 amigos más no sé qué angelito del cielo o santo redentor que hará que la vida me sonría, amenazándome en caso contrario con males terribles si no lo reenvío a otros 10 amigos. Recibo estas cadenas de mensajes casi a diario y me enerva. Ni siquiera las abro. Las elimino directamente.
Recuerdo en mis tiempos mozos que en el colegio también recibíamos cartas con contenido similar (entonces no había mails ni móviles ni redes sociales). En esas misivas se nos invitaba a escribir otras diez cartas (con sus sellos correspondientes) a otros tantos conocidos para que no muriéramos al instante víctimas de no sé que accidente o enfermedad mortal. De hecho, se nos decía que era muy peligroso que la cadena se rompiera, ya que ésta había comenzado en algún país sudamericano y debía continuar su andadura por medio mundo. Incluso contaban hechos como que “Carlos Alfonso, que vive en la ciudad de Bogotá, no reenvió esta carta y al día siguiente fue atropellado a la puerta de su casa muriendo poco después” o que “Héctor de Jesús, natural de Miami, había mandado las cartas y a los pocos días obtuvo una herencia millonaria (…)”. Ahora, los tiempos han cambiado, y por tanto los medios para propagarlo. Pero, al parecer, todo sigue igual. Aún hoy tengo “amigos” en el feisbuq o en whatsapp que siguen enviándome mensajitos con el hada de la muerte, el trébol de la suerte o la herradura de la fortuna mágica que se volverá contra uno si no lo reenvía inmediatamente a otros incautos.
Me resisto a pensar que todavía haya gente que crea en esas chorradas, pero mi experiencia me dice que como las meigas “haberlas haylas”. ¿O es que reenvían los mensajes en cadena “no vaya a ser que sea verdad y que me pase algo malo..”? Supongo que todo esto entronca con el martes 13, el gato negro, la sal derramada en la mesa, el paraguas abierto en casa o pasar debajo de una escalera. Supersticiones ancladas en el pasado pero que renacen cada día al amparo de la ignorancia más supina. ¿O es que ustedes conocen a alguien que muriera entre terribles sufrimientos por no reenviar un mensaje en cadena en el feisbuq o que le tocara la lotería o los cupones por darle curso? Porque si es así, empezaré a creer. ¡Que a nadie le amarga un dulce de millones en la primitiva!. En fin, que lo dicho. Nada de cadenas de mensajitos. ¡Que ya tenemos una edad, oigan!.
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