(Artículo publicado en Viva Jerez el 23/6/2016)
Decenas de periodistas, cámaras, micrófonos. Todos
aguardando ese momento que en segundos recorrería las redacciones de todos los
medios de comunicación anunciando ese ansiado pacto. Atrás quedaban días
intensos de negociaciones, de tiras y aflojas, de dame y te doy. Pero
finalmente había llegado el día y una firma sobre un papel y un apretón de
manos rubricarían una alianza que muchos esperaban… Bien podría ser éste el relato
de una historia que podría narrarse antes de que finalizara este electoral mes
de junio. Sí, estoy hablando del pacto al que están abocados los principales
partidos que concurren el domingo a los comicios generales. Les confieso que me
produce algo de desazón el día después. Las desaforadas exigencias de unos y el
inmovilismo de otros podrían dar al traste, una vez más, a un proceso que si no
llega a buen término perderemos todos.
Me gusta la política. Creo que el principal
exponente de la democracia, con sus luces y sus sombras, es posibilitar a
grupos heterogéneos de ciudadanos pensar diferentes modelos de país y ponerlos
sobre la mesa para que usted y yo podamos decidir con nuestro voto el que más
creamos conveniente. Con libertad, sin ataduras, en su sobre cerrado y con una
papeleta doblada. Pero ¿qué ocurre el día después si ninguna de las opciones
políticas ha obtenido la mayoría suficiente para gobernar en solitario? Pues ya
sabemos lo que pasó la primera vez. Semanas y semanas de negociaciones donde
primaron la soberbia y el orgullo frente al bien común. De uno a otro lado del
arco político. Unos porque anteponían cargos (por cierto, poco acordes con sus
ideales). Otros porque anteponían el “no” antes del “ya veremos”. Y otros
haciendo bueno al perro del hortelano que ni comía ni dejaba comer. Lo cierto
es que decidieron dar una patada al balón y volver a disputar el partido antes
de mirar por el bien común. El domingo volvemos a las urnas (dicho sea de paso,
me toca de presidente de mesa). Y el lunes me temo que volveremos a revivir el “día
de la marmota” y las miradas volverán a estar centradas en los líderes
políticos que una vez más estarán abocados a sentarse, dialogar y tragarse los
dardos envenenados que dijeron y que les dijeron y que las hemerotecas se
encargan de revivir.
Os aconsejo ver la serie televisiva “Borgen”, emitida por
la cadena pública danesa. Narra, en clave de ficción, las interioridades y las
intrigas de la política en este país. Lo realmente interesante de esta serie es
comprobar el grado de democracia que han alcanzado en materia de pactos. Es lo
normal y así lo asumen partiendo de la base de que cualquier partido desea lo
mejor para su país, aunque difieran en la forma. Madurez política. Madurez
democrática. Probablemente lo que ha faltado en este país en los últimos meses.
Espero, con sinceridad, que las cinco líneas que encabezan este artículo se
hagan realidad a partir del lunes. De lo contrario, sería para salir corriendo.
Artículos y otros comentarios de un periodista del Sur que un día se marcó una senda Sin Límites
miércoles, 22 de junio de 2016
miércoles, 8 de junio de 2016
MI AMIGO
Mi amigo conoce a mucha gente
importante y eso, en los tiempos que corren, es lo más. Me cuenta que el otro
día lo paró la Guardia Civil en un control de alcoholemia, y que dio positivo,
y que con una sola llamada a un amigo benemérito le quitaron la multa. Algo
parecido le pasó con una notificación del ORA. Llamó a su cuñado, que trabaja
como controlador, y de la multa nunca más se supo. Uno de sus primos, que
trabaja en el Teatro, le consigue cada vez que lo desea una entrada en palco
por la patilla, desviando una de esas invitaciones que les dan a los políticos.
Saca pecho al recordarme su amistad desde la mili con uno de los responsables
del Circuito que le da pases vip para asistir a las grandes carreras, y con
otro del Xerez que lo cuela en el palco con un pase de prensa cada vez que
puede. Cierto día fue hospitalizado por una ligera dolencia leve. Entornando
los ojos en un claro gesto de suficiencia me asegura que tuvo una habitación
para él solo y los mejores cuidados, ya que uno de los responsables de planta
del Hospital es el tío de su mujer. El crédito hipotecario de su vivienda es
envidiable, según me dice. No en vano, juega al pádel con el director de su
oficina bancaria y, alguna vez, salen a cenar las parejas.
Mi amigo es, para
que se hagan una idea, de los que entran en la Feria con 20 euros y salen con
25. Reparte abrazos por doquier y esboza sonrisas a todos los que se le acercan,
que son muchos. Y es que conocer a alguien importante te hace más importante a
los ojos de los demás, que envidian tu agenda y tus contactos en todas las
esferas. Lo que más me llama la atención es que en esta sociedad es un valor
añadido que uno tenga tantos enchufes y se valore a amigos como el mío como un
triunfador por ello. Porque el mensaje que dan es que todo vale con tal de
colarse de gorra en los sitios. Que pagar la multa del ORA o de la Guardia
Civil es de “pringaos”, que abonar la entrada del Teatro o del Circuito es de
gente vulgar, que compartir habitación en un Hospital es para la plebe, que esperar
la cola en una oficina es para gente que no conoce a nadie importante, como es
su caso. Mensajes como el de mi amigo minan y devalúan la confianza del resto
de mortales en las instituciones.
Pero también la pasividad de éstas que
consienten y hacen la vista gorda a los enchufes, desmanes y ostentaciones
públicas de estos caraduras del favoritismo haciendo buena la ley del más listo
(que no inteligente). Miren a su alrededor. Seguro que conocen a algún amigo gorrón
como el mío. Y recuerden que si él se cuela igual usted se queda fuera y que si
él no paga se lo cobrarán a usted…
miércoles, 1 de junio de 2016
YA ESTÁ BIEN
Ya está bien de poner
excusas, de la culpa la tiene el de enfrente, que todo está mal y qué pena de
país y de ciudad ésta que se hunde en la miseria. Ya está bien de poner el
acento en las siete plagas de Egipto que asolan a esta sociedad que no acaba de
remontar. Ya está bien de decir que el panorama está negro y que no se ve luz
al final del túnel. Ya está bien de hablar de la paja en el ojo ajeno cuando no
somos capaces de ver la realidad por la viga que nos tapa el nuestro. Ya está
bien de inculpar al jefe, al alcalde, al presidente de la comunidad de vecinos,
a la Merkel o al tertuliano de La Sexta. Ya está bien de decir que los
políticos o los banqueros tienen la culpa de nuestros males (que sí, que en
parte es verdad, pero de qué nos sirve repetir el mismo mantra una y otra vez).
Ya está bien de hablar del amigo que se ha estrellado en la empresa que montó y
no hablar del otro amigo que triunfa. Ya está bien de gastar energías en
resaltar lo mal que estamos y lo mal que estaremos. ¡Ya está bien! ¡Ya está
bien! Soy consciente de que las malas noticias son más noticias que las buenas
noticias. Nunca escucharemos lo bien que le va a Pepe. pero sí nos regodearemos
de lo mal que le va a Juan que no levanta cabeza. Somos así.
Hace años salió el
periódico “Buenas noticias”. Duró dos meses. Sin embargo “El Caso”, que ahora
rememora TVE en una serie, duró 45 años. Da para reflexionar… Pues bien, ahora
que coordino y presento “Avanza”, un programa que se emite en Onda Jerez los
martes a las 21 horas, he descubierto gente que un día arriesgó, que emprendió
un camino difícil, no exento de obstáculos. Jerezanos que dieron un paso al
frente, superaron la barrera del conformismo y se lanzaron a emprender,
desoyendo los atrabiliarios cantos de sirena de profetas sin oficio.
Empresarios como el belga y gaditano Jan de Clerck siempre rodeado de dos
mares; Miguel Moncayo y Ana Triano con su premiada cerveza Xela regada de vino
de Jerez; Antonio Páez Lobato que sigue manteniendo su reinado alzando al cielo
su copa de vinagre; Alberto Alcántara que un día soñó con Xerintel y que ahora parece
no tener límites; Antonio Mariscal un visionario empresario de viajes que
triunfa en el país con Bookingfax; Alberto Villagrán que con mucho tesón
reinventó en Jerez el negocio de la compra venta inmobiliaria; o mi querida
Lola Rueda incansable mujer imparable que nos da alas para seguir avanzando.
Éstos y no otros son espejos en los que reflejarse. Referentes de prestigio que
engrandecen a esta ciudad. Emprendedores que luchan cada día en Jerez para
avanzar sin límites…
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