miércoles, 12 de marzo de 2014

ESE JEREZ OLVIDADO

(Artículo publicado en Viva Jerez el 13/3/2014)
Les confieso que cada vez paseo menos por algunas zonas del casco histórico. Por vergüenza, por rabia, por lástima tal vez. Alcaidesa, Liebre, Justicia, Palma, San Juan, Orbaneja y un largo etcétera de calles de las collaciones de San Mateo, San Lucas y San Juan (por hablar tan solo de la zona donde nací y me crié) se muestran despobladas, descuidadas. Casas de vecinos sin risas ni voces, sin geranios ni ropa tendida, sin cantes por bulerías ni toques a compás, sin la lima o el bolindre ni elásticos para saltar a la comba. Fincas medio derruidas asediadas por jaramagos, casas palacio apuntaladas, plazoletas sin travesuras. Barrios sin zapateros remendones, sin colmados, sin quioscos de chucherías. Ese centro histórico que Jerez mostró orgulloso durante siglos se presenta en pleno siglo XXI como un recuerdo olvidado, como esos colosales decorados de las grandes películas que ahora, tras la gloria, duermen el sueño de los justos, arrinconados, cogiendo polvo, comidos por la carcoma. 

Me da pena. Se me revuelve el alma ver cómo el verdín y la suciedad se comen poco a poco los vetustos muros de las iglesias. Me enerva ver cómo las pintadas campan obscenas a sus anchas. Me inquieta comprobar cómo se ha olvidado esa cal blanca que hervía en los corrales de las casas de vecinos y que llenaba de luz sus fachadas.  A veces, cierro los ojos y recuerdo el colegio del Dute Robaperas en calle Justicia y los niños que corrían a la salida con remiendos en los pantalones. Me viene el olor a pan recién hecho del horno de la cuesta Orbaneja o el de los chicharrones de la carnicería de la calle San Juan o el del vino que se derramaba de esos tubos que atravesaban las calles de bodega en bodega, o el del gasóleo del surtidor del Arco de Santiago; y me llega el ruido de la imprenta de la calle Palma, el de los “Futbolines Paco” en calle Escuelas o el del taller de bicicletas de la plaza Carrizosa; el meneo de las fichas de dominó del bar “Las Piedras Negras” en Plaza San Juan o el “Pare y Beba” de la Plaza de los Ángeles; y me parece ver el caqui inconfundible de los soldados del cuartel de Tempul cuando salían de permiso; y el traqueteo de la maquinilla por calle Ancha o el de la fábrica de hielo de Benavent de la plaza Cocheras o el del taller mecánico de plaza Peones; y el sonido de las películas de indios que se escapaba en esas noches de verano junto al Terraza Tempul. Y el flautín del afilaor y el vozarrón del que vendía los mostachones de Utrera. 

Y tantas y tantas sensaciones que ahora sólo habitan en la memoria de los que ya peinamos algunas canas. Porque después, abro los ojos y vuelvo a una realidad que dista mucho de la que atesoran mis recuerdos. Y veo calles sin niños y plazoletas sin madres con carritos de bebé y cascos de bodega abandonados a su suerte. Y entonces me entristece ver un presente al que, hoy por hoy, no le veo futuro.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Emprendedores


(Artículo publicado en Viva Jerez el 4/3/2014)
“Héroes y heroínas para un cambio de época”. Es el título de la jornada convocada para hoy jueves por la Cátedra de Autónomos en el campus de Jerez de la Universidad de Cádiz. Título que define a las claras la valentía (o la inconsciencia, según se mire) de hombres y mujeres que un buen día decidieron emprender en solitario un camino laboral en un escenario que no invitaba demasiado a la aventura. En muchos casos, abandonando la denominada “zona de confort”, una vida tranquila y ya establecida, con trabajo fijo y estable, por un proyecto personal como emprendedores. Lola Rueda, asesora de  empresas en Turismo 2.0 y promotora del encuentro; la artista y gestora cultural Inma Parra, y la directora de Sinlímites Comunicación, Amparo Bou hablarán de sus experiencias personales, de sus retos al frente de sus respectivos proyectos. 

En unos casos, empujados por el cierre o el despido en la empresa donde trabajaban, en otros, por decisión personal. Pero en todo caso, con la ilusión y la esperanza de encontrar un camino propio, una senda laboral que les llene a pesar de que en muchas ocasiones los comienzos fueran difíciles, tortuosos, llenos de obstáculos administrativos que absorben buena parte de la energía. Porque para muchos, el mundo de la empresa les es completamente ajeno y deben aprender desde cero a elaborar las facturas, presupuestos, a los 30, 60 ó 90 días para cobrar, a la declaración del IVA, el impuesto de autónomo y demás vericuetos inherentes a esta nueva condición. Estas tres mujeres no “contarán batallitas de indios” como argumentan algunas. Ellas hablarán con el corazón, sin resentimientos ni traumas personales. A esta jornada de hoy le precederá una conferencia de Fernando Sánchez Salinero, un reconocido ponente a nivel nacional que se define a sí mismo como “Superpyme”. Se trata de un experto que ayuda a profesionales a enfocar el reto de modernizarse y adaptarse a los continuos cambios que se producen a su alrededor, reivindicando en todas sus apariciones públicas que “ama a las pymes”. En sus conferencias viste su traje de superhéroe, un mono de trabajo granate con corbata a juego, lleva impresos mensajes como “I love pyme” o “el vaso está medio lleno” como lemas del optimismo realista que difunde. 

Para terminar, hago mías las declaraciones de Amparo Bou que, en su blog www.amparobou.com dice que “en la ponencia mi intención (y estoy segura que la del resto de ponentes) no es  sentar cátedra ni “contar batallitas”, sino contar mi experiencia del trecho que llevo recorrido como emprendedora, en la esperanza de que a alguien le pueda servir de ayuda o consejo para evitar los errores que yo cometí, igual que a mí me sigue sirviendo la experiencia de quienes van por delante de mí”.