jueves, 26 de noviembre de 2009

EL VECINO

(Artículo publicado en Viva Jerez el 26/11/09)
Fue de madrugada. De improviso. Dormía plácidamente cuando algo me despertó. Era claramente el chirriante sonido de los oxidados muelles de una cama que, de manera acompasada (ya me entienden), se colaban por la pared de mi dormitorio y accedían sin permiso a mi yunque, martillo y estribo haciéndome caer de sopetón de los brazos en los que me mecía el divino Morfeo. ¿Esa vivienda no estaba vacía?, pensé. Mira por donde acabo de enterarme que ya tengo nuevos vecinos. Miré la hora: las 4 y 20 minutos. Suponía que la juerga estaría a punto de acabar. No eran horas para… eso. Así que me resigné y aproveché para ir al baño, pesarme en la báscula (prefiero obviar dónde se situó la flechita) y tomarme un vaso de leche.

Minutos después volví a la habitación pero la juerga… no había terminado. Antes al contrario el jaleo había ido in crescendo y, al “penetrante” sonido de los muelles se le habían unido los jadeantes susurros de una buena moza que expresaba su alegría con una algarabía inusitada. Y allí estaba yo. Sentado en la cama, oyendo la escena y acordándome de la santa madre del arquitecto que diseñó la separación entre las viviendas. Diez minutos más tarde todo acabó. O al menos, eso creía. Entorné los ojos y cuando comencé a notar la presencia de Morfeo… otros ruidos me devolvieron a la cruda realidad. ¿Qué era eso?. Tardé unos segundos en identificar el origen de los sonidos que salían de la pared. Y al fin di con la tecla. ¿Alguien sabe decirme porqué los vecinos molestos tienden a arrastrar muebles, cerrar y abrir puertas o cerrar ruidosamente la tapa del water a horas intempestivas?.

Creí, erróneamente, que tras la “juerga flamenca” llegaría el descanso del guerrero, el cigarrito y todo eso. ¡Pero no!. Estuve otra hora dando vueltas en la cama. Hasta que volvieron. Eran las 6 de la madrugada y aún les quedaba gasolina para arrancar de nuevo la máquina del placer. No aguanté más. Al primer envite sonoro que traspasó el delgado tabique de mi dormitorio me incorporé y, con el puño cerrado, golpeé con fuerza hasta tres veces la pared. Pero nada. Creo que incluso los animé a seguir en la brecha. En fin, que ya no puedo más. De esta noche no pasa. Ya está bien. No me conocen cuando me enfado. Menudo soy yo. De ninguna manera soportaré otra noche así. ¡Me he comprado un par de tapones de cera y ya he visto un pisito muy mono y barato en Internet!. ¿Qué quieren?.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Nacho Sacaluga premiado el Festival In-Edit

Hace algunas semanas os hablé de mi amigo Nacho Sacaluga. Un periodista gaditano, actualmente desempeñando su labor en Tele-Madrid, y que había realizado un documental muy serio sobre un asunto tan humorístico con el Carnaval de Cádiz ("Febrero, cuando al vida es carnaval"). Estuve en el estreno y me entusiasmo su particular visión sobre esta fiesta, la investigación en torno a sus orígenes, cómo sin una simple voz en off era capaz de narrar una historia en la voz de sus propios protagonistas. El resultado es un trabajo que ha gustado mucho y, prueba de ello, es el premio que le ha sido concedido en el Festival In-edit de Barcelona, en la sección de documentales. El premio dice así:

GANADOR IN-EDIT.BEEFEATER SECCIÓN NACIONAL:
FEBRERO. CUANDO LA VIDA ES CARNAVAL, de Nacho Sacaluga.

Por apuntar la esencia del carnaval como nudo de confusión, intercambio y humor grueso. Por reivindicar una manifestación cultural popular y dignificarla mediante su retrato y estudio. Por la audacia de plantear una película así y por el intento de no casarse con nadie y de mostrar ese fenómeno que todos conocíamos, pero no entendíamos, desde todos los puntos de vista posibles. Por su carácter poliédrico y su esmero en ser riguroso.

Más información en http://www.in-edit.beefeater.es/webapp/

También aquí: http://www.in-edit.beefeater.es/webapp/pelicula;jsessionid=qu1ghtrwkfl?peli_id=33

Entrevista en La Voz: http://www.lavozdigital.es/cadiz/20090614/cadiz/carnaval-cadiz-cinematograficos-20090614.html

miércoles, 18 de noviembre de 2009

La paja en el ojo ajeno

(Artículo publicado en Viva Jerez el 19/11/09)

He repetido alguna vez que tengo una relación amor-odio con esta ciudad. Esta aparente contradicción, que tiene una base empírica de más de 40 años, hace que Jerez me atrape, me cautive entre sus fronteras invisibles pero, casi en paralelo, me ahogue y presione de tal forma que, en ocasiones, precise salir para tomar aire fresco. Considero que el amor pasional que tengo por la ciudad que me vio nacer me capacita para criticarla cuando lo crea oportuno. Y lo pienso hacer ahora. Me voy a referir, en particular a esos que se permiten el lujo de opinar, de interferir gratuitamente en tu vida privada porque conocen al primo hermano del cuñado de tu tía abuela.


Esos que ven la paja en el ojo ajeno y hacen de esa máxima una forma de vida. Esos que critican tu forma de vestir, de actuar o de comportarte. Personajillos de pueblo sin estación que te dicen a la cara que son muy tolerantes, que jamás se meterán en la vida de los demás y que cada uno puede hacer con su vida lo que quiera… y que, cuando les das la espalda, te clavan el puñal de la falsedad y la traición denostando ante terceros tu forma de actuar en la vida. De esos, desgraciadamente aquí en Jerez, los hay a patadas. Justifican su mediocridad mirando furtivamente a través de la cerradura ajena. Presumen de conocer la vida y milagros de los que les rodean y la cuentan en los foros menos indicados siempre con las mismas coletillas: “no se lo digas a nadie, pero resulta que fulanito…”, “me ha contado que menganito…” o “¿Te has enterado de que…?. Actitudes que probablemente sean inherentes a nuestra más secular tradición pueblerina, pero que provocan una sensación de ahogo cuando las padezco en primera persona o cuando afectan a la gente de mi entorno más cercano.


Y es que Jerez, y lo digo sin ambages, sigue siendo un pueblo. Entiéndase esta sentencia con el mayor cariño que le profeso y con la doble lectura que puede adoptar este término. Confieso que me atrae la acepción más entrañable del término, esa que va íntimamente ligada a adjetivos como bienestar, calidad de vida, cercanía, tranquilidad o comodidad. Es el otro sentido de la palabra pueblo, ese que vive por y para el “qué dirán”, el que me produce ese desasosiego interno que me obliga a respirar aire fresco en ciudades donde puedes pasear sin una mirada en el cogote y sin el comentario en voz baja de uno que conoce al primo hermano del tío de tu cuñado.


martes, 17 de noviembre de 2009

Premios EMA RTV

Fue una jornada para recordar. Trabajar y ver cómo tu labor es reconocida, directa o indirectamente, es siempre muy grato. Uno no trabaja para recibir galardones o reconocimientos, pero cuando éstos llegan, sinceramente os digo, es muy gratificante. Sobre todo, cuando la emisora a la que has dado más de dos decenios de tu vida vuelve a estar en el punto de mira de los partidos de la oposición, ahora que estamos a poco más de un año de las elecciones.

Siempre, (no sólo ahora), desde hace años, he repetido que a los profesionales deben apartarnos de la guerra política. Pero probablemente, en la mente de algunos está el criticar la labor PROFESIONAL que realizan los técnicos. Quizá sea inherente a la pasta de la que están hechos estos personajes (y no señalo a ninguno en particular) pero siempre me produce desazón que se metan con los que simplemente nos dedicamos a esto del periodismo.

Por eso, cuando nos premian la labor realizada, creo que deberíamos darles a más de uno con el premio en las narices. Aquí, en Onda Jerez hay muy buenos profesionales y al que lo dude que se vea las caras conmigo. ¡ He dicho !. Ahí va la noticia del premio... para quien corresponda.

La Asociación que agrupa a las Emisoras Municipales de Andalucía (EMA RTV) festejó este pasado viernes su 25 aniversario con una gala celebrada en el sevillano Casino del Aljarafe y en la que se otorgaron once premios, divididos en diferentes categorías.

Onda Jerez Televisión acaparó la mayoría de las nominaciones, con un total de seis (Mejor programación informativa en televisión, mejor web de un medio local, mejor programación genérica en televisión, mejor programa de radio de participación ciudadana realizada por colectivos sin ánimo de lucro, mejor programa de divulgación musical en televisión y mejor programación genérica en radio). Finalmente, la web Canal Flamenco obtuvo el premio de divulgación musical y el programa de radio “Desde fuera del armario” el de participación ciudadana.

En el primero de los premios el jurado destacó la apuesta de Onda Jerez por fomentar y difundir la cultura del flamenco en todas sus facetas, con una programación de 24 horas a través de Internet. Un escaparate mundial del flamenco desde una de sus más representativas cunas hacia el mundo. El director gerente de Jecomusa, Pedro Rollán, destacó en su intervención, la intención de saltar en breve tiempo desde Internet a los grandes soportes de la televisión digital.

En cuanto al programa de radio, el jurado subrayó el compromiso de la emisora, en particular, y del Ayuntamiento de Jerez en general por la diversidad, con la puesta en marcha de un programa pionero en nuestro país dirigido específicamente al colectivo LGTB (Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales). La presentadora del programa, Carmen Rodríguez, tuvo unas palabras de recuerdo a las personas que aún hoy siguen siendo torturadas y condenadas a muerte en varios países por su condición sexual.

EMA RTV, creada en 1984, engloba a 106 emisoras andaluzas y posee tres líneas de trabajo: la producción y difusión de programas de televisión y radio; proyectos de comunicación con emisoras latinoamericanas, y la formación en Andalucía de trabajadores en la comunicación y las nuevas tecnologías.

Entre los invitados a la gala del viernes estuvieron el consejero de Presidencia de la Junta, Antonio Ávila, el presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía, Juan Montabes o directora general de Medios de Comunicación Social, Matilde Santiago.

jueves, 12 de noviembre de 2009

LA RED ENAMORADA

(Artículo publicado en Viva Jerez el 12/11/09)

Desde el principio de los tiempos el sexo ha sido el eje que ha vertebrado la sociedad impulsando una fuerza y un poder de atracción que ha permitido mantener la cohesión de la pareja y con ello la dura y difícil crianza de los hijos. Los seres humanos tenemos una herencia genética animal muy fuerte y por eso hemos ido eligiendo pareja siguiendo un juego seductor en el que hombres y mujeres hemos desarrollado estrategias amorosas bien definidas. El denominador común ha sido la atracción “química”, previa a la formalización del compromiso y de la vida en común. Después se intentaba ajustar la relación y encajarla como si de un puzzle se tratara, diferencias, gustos, manías, familia, amistades, trabajo y un largo etcétera. En los últimos años, esta realidad ha comenzado a cambiar con la búsqueda de relaciones afectivas en la red. Posiblemente el tipo de vida, la soledad y la falta de tiempo nos animen a ello, pero lo que tal vez pase inadvertido es que la lógica interna es muy coherente.


En Internet se buscan una serie de perfiles, es decir, se da una sustitución de la química en favor del elemento cerebral. Seguimos alimentando el instinto primario, pero la aldea global de la “red de redes” nos está haciendo alterar esa relación. Me pregunto si esta fórmula, que ya ha propiciado que miles de personas hayan encontrado su otra media naranja, puede llegar a convertirse en una solución al alto índice de fracaso en las parejas. O dicho de otra forma. ¿No es más factible que primen el sentido común, la razón y la compatibilidad entre dos seres humanos como elemento previo al flechazo?. Este último tiene un componente irreflexivo que, a veces, nos lleva a equivocarnos. Sin embargo, el anonimato de Internet nos marca unas pautas iniciales de compenetración que, a posteriori, pueden ser refrendadas mediante la química del amor.


Y hecha la propuesta, quiero salvar el elemento irracional, romántico y poético, antes de que pueda tacharse de frívolo. ¿Acaso hay algo más enigmático que encontrar a nuestra media naranja entre la inmensidad de la red?. Hegel nos enseñó que todo lo racional es real. Las relaciones virtuales son por tanto tan reales como las que se dan en la vida. El amor está en el aire, es decir, también en la red. Y el Cupido lo sabe.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

MURPHY Y SUS COSAS

(Artículo publicado en Viva Jerez el 4/10/09)
Sigo sin comprender la causa por la que se hace patente la denominada Ley de Murphy cuando menos interés tenemos en que aparezca. El caso que le cuento es reflejo de cómo esta norma no escrita puede llegar a alterar nuestra razón hasta límites que rozan la locura. Fue este lunes. Debía acudir a una cita muy importante (de las que no aceptan segunda convocatoria) a las 7,30 de la tarde. Afortunadamente –pensé- tenemos una ciudad accesible que nos posibilita cruzarla en coche, de norte a sur, en 15 minutos. Pese a todo, salí de casa más de media hora antes. Y la primera en la frente. Un coche aparcado en segunda fila justamente a la altura del mío. Toqué el claxon una y otra vez hasta que, tras 5 minutos de espera apareció un señor de andar despreocupado y sin aparente prisa que, encima, me recriminó mi nerviosismo. Respiré hondo, me callé.

Por fin arranqué y salí de allí. Miré la hora. Me sobra tiempo, pensé. Al final de la calle me encuentro con una avenida y, delante, un coche de autoescuela. Me armé de paciencia. 4 minutos esperando a que el conductor (seguro que era su primera clase práctica) decidiera incorporarse a la avenida. Tras varios amagos, se decide y cuando giro, el semáforo se torna rojo. 1 minuto después, ya en verde, acelero y al poco otro semáforo en rojo. Y así hasta en cuatro ocasiones. ¿Qué pasa, que al Ayuntamiento le sale más barata la bombillita roja que la verde?. ¡Qué sincronización!. Para colmo, a la mitad de la avenida debo parar porque un colegio en excursión por el centro está cruzando por el paso de cebra a paso de tortuga. Empecé a ponerme nervioso. Eran las 7,35. La impaciencia crecía. Nada más podía ocurrirme, pensé. Me equivocaba. Al intentar atajar por una calle de única dirección, el coche de delante se detiene. De él sale una pareja que, sin mediar palabra, abre el capó y comienza a descargar toda la compra del mes. Bolsas y más bolsas del Carrefour.

Ya son las 7.45 y aún estoy a la mitad del trayecto. Comienza el tic de mi ojo derecho. Por fin terminan y arranco de nuevo. Suena el teléfono y lo cojo. ¿Sí dígame?. ¡Estoy llegando. En cinco minutos estoy ahí!. En ese momento un policía local me hace señas para que me detenga. ¡Le tengo que multar por hablar por teléfono!. ¡Aparque en el arcén y espere a que llame a un compañero porque me he quedado sin impresos para la multa!. Vuelve a sonar el teléfono. ¡Maldito Murphy!.