(Artículo publicado en Viva Jerez el 2/5/2012)
Aún recuerdo cuando
cumplí 10 años. Mis abuelos a un lado, cuatro primos y dos titos a otro y en
frente mis padres. Yo en el centro, junto a una gran tarta con diez velitas que
apagué emocionado mientras mi padre me hacía una foto. Aplausos y todos a
cantar el “feliz, feliz en tu día” de
Gaby, Fofó y Miliqui. Sobre la mesa, para los niños, Mirinda y chocolate con
galletas María; para los mayores, una botella de Soberano y otra de Anís del
Mono. Unos Juegos Reunidos Geyper, un estuche de rotuladores carioca y un balón
de reglamento fueron mis regalos. Ese rito se repetía en mi casa cada dos de
noviembre, con los mismos protagonistas (supongo que también en las casas de
los que hoy peinan alguna cana).
Pero hoy, las cosas han cambiado. Desde los
cinco años, mi hijo y sus amigos del colegio celebran los cumpleaños en locales
con castillos hinchables, camas elásticas, animadoras infantiles, pistolas
láser…además de la tarta y los sandwichs. Ya no hay Soberano, ni Anís del Mono,
ni chocolate con galletas, ni abuelitos, titos o primos. Y los padres nos
limitamos a recibir a los otros padres y esperar dos horas para abrir la
cartera y pagar el festejo. ¡Que esa es otra!. El último cumpleaños de mi hijo
fue un peregrinar por una decena de locales en busca de un buen precio y
ninguno bajaba de los 12 euros por barba. El mínimo que te piden es 10 niños,
por lo que la fiesta, en el mejor de los casos, sale 120 euros. A esto sumamos
el café y copas que invitas a los padres que se quedan las dos horas, las invitaciones
y el regalo que le haces a tu hijo, que rara vez baja de los 30 euros. Sumados,
los 60 euros nadie te los quita. Ya estamos en 180. Pero aquí no acaba todo.
Esos mismos amiguitos invitarán a tu hijo a sus cumpleaños en locales parecidos,
con lo cual debes contar con un mínimo de 10 regalos al año que, a una media de
15 euros, te sale 150. Ya estamos en los
330 euros, siempre, repito, en el mejor de los casos. Porque en el peor, como
te coja en época de primeras comuniones… No hay cartera que lo soporte.
Y no
hagas la fiesta en casa. Yo la celebré un día y se acabó. ¿Se imaginan a diez
niños, dos horas, con los vasos de cocacola gritando por los pasillos, corriendo
de la cocina al cuarto de tu hijo y de éste al sofá del salón para jugar a la
Play, mientras dos navegan por Twenti y otro bate records en la PSP?. Y todos
gritando, sin hacerte caso. Desquiciante, oigan. Ese día se me ocurrió invitar
a los abuelitos. Los encontré una hora más tarde asustados en un rincón del
salón, farfullando que cualquier tiempo pasado fue mejor, mientras en la tele
observaban el realismo extremo de un guerrillero que mataba enemigos bajo los
gritos animosos de un grupo de zagales entre los que se encontraba su propio
nieto que, por cierto, ni siquiera se había enterado que estaban allí, en un
rincón, con su copa de Soberano y junto a una caja abierta de los Juegos
Reunidos Geyper que mi hijo había mirado con indiferencia preguntando si se
podía jugar en red mientras buscaba en el lateral de la caja dónde tenía la
conexión usb.
En el mejor de los casos, al mío le da por invitar a toda la clase y a algunos de otras clases, (vamos medio cole del Pilar)!!! . Ahora les ha dado por lo de las pistolitas láser y como el año pasado lo hicieron todos, hay que buscar un sitio distinto para ser el mas guay.
ResponderEliminarLuego viene la celebración en mi casa y cuando le toca con su padre otra celebración distinta en la suya , peor que una boda de gitanos!!!
Y a mí me parecía que mojar patatas fritas en Casera de cola era el mejor cunple del mundo!!!