miércoles, 18 de abril de 2012

SARCÁSTICOS


(Artículo publicado el 19/4/2012 en Viva Jerez)
No soporto a los irónico-sarcásticos. Me sacan de mis casillas los maniqueos de la palabra que invierten el lógico discurrir de un pensamiento o de una acción cualquiera para lanzarnos un dardo envenenado de ironía maldiciente. Me fastidian esos parroquianos que, amparados en una aparente seguridad en sí mismo y en un estar de vuelta de todo, te miran por encima del hombro sacando de contexto tus palabras para intentar reírse ante los demás a tu costa. Los hay por todas partes. Mira a tu alrededor y ahí estará, agazapado, esperando el momento, pendiente de cualquier detalle que pueda ser susceptible de remedar. Puede ser ese compañero de trabajo que intenta dejarte en evidencia cada vez que entras en la oficina parodiándote algún defecto o repitiendo con sarna alguna frase tuya no demasiado acertada. Puede ser ese cuñado que se empeña en sacarte los colores cada vez que se reúne la familia restregándote lo bien que le va el trabajo y en la vida y preguntándote cuándo te vas a comprar un coche nuevo que el tuyo está para tirar. Puede ser ese cliente que aprovecha su posición para criticar tu forma de vestir y vuelve mañana que a lo mejor te atiendo, ja, ja, ja. Además, el sarcástico obedece a un mismo modus operandi y procede únicamente bajo unas determinadas condiciones; esto es, nunca actuará sin público. La irónica e intencionada ocurrencia deberá contar con un grupo de personas que le oiga y que además se ría a carcajadas del pelele objeto del dardo. 

El manual del perfecto sarcástico detalla además que la “gracia” deberá ser expuesta en voz alta y mirando a su alrededor para que su “publico” aplauda, repita y encumbre su chiste entre vítores. No los soporto, pero a la vez, me dan pena. Considero que bajo ese aparente halo de seguridad se esconde un ser inadaptado, inseguro y con un afán de protagonismo que por sus propios méritos no podría alcanzar. Conozco uno que sería el conejillo de indias perfecto de Freud si éste resucitara. Es por ello que (no sé si consciente o inconscientemente) intentan hacer daño a los demás para conseguir sus propósitos de notoriedad social, utilizan a sus incautos conocidos para sus fines e incluso son capaces de pasar por encima de ellos para lograr lo que anhelan, que no es otra cosa que una enfermiza dosis de protagonismo. Acabar con ellos es difícil, porque viven por y para ese fin. Pero podemos empezar por no aplaudir sus sarcasmos cuando el sujeto no es uno mismo. Sin público que le escuche no es nada. Sus ocurrencias se irán disipando como azucarillos en el café y entonces comprobará que está más solo que la una, que en realidad siempre lo ha estado y que en ese momento la vida le habrá devuelto, cual sarcasmo cruel, la bofetada que él mismo le profirió.

2 comentarios:

  1. Tengo una pregunta, una persona sarcástica, hace cualquier cosa para llamar la atención y tener LA APROBACION !! Y que todos digan que buena onda es ? pro q son tan irientes ? por q dicen cosas con doble sentido y tuve la oportunidad de tener una sarcástica junto y veia como decía y me decía cosas y acepto, claro q uno se cree las cosas y se le empieza a bajar autoestima y empieza uno a tener aprobación y esfuerzos para q esa persona lo acepte a uno. pero también veía como los clientes eran duros con ellas y ella no decía nada ... No entiendo? agresiva por un lado y sumisa en el trabajo? entonces en la casa? sumisa y con culpas ? buscando aprobación del esposos e hijos?

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  2. bueno el comentario "ANONIMO" el comentario de la persona esta, denota su gran contribucion a la lectura, enriquesiendo este espacio con sus preguntas directas y buscando una explicacion a la verdad de su vida.
    Con una mano en el corazon, ve y habla con tu padre pequeño

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