miércoles, 3 de marzo de 2010

LA MUDANZA

(Artículo publicado en Viva Jerez el 4/3/2010)

Corté por lo sano. Hace un par de meses les hablé de la devoción casi diaria de mis vecinos a jugar a los médicos; una afición muy saludable si se hiciera a horas normales, y no a las cuatro o cinco de la madrugada sobre un colchón de muelles oxidados que se amplifican en el ruido de la noche y que se me colaban por la delgada pared de mi dormitorio una noche si y otra no. Si a ese menester nocturno le unía el arrastre de muebles, el cerrar y abrir puertas o la caída libre de la tapa del wáter tras la micción, podrán imaginar mi cara del día siguiente. Bien, pues como digo, corté por lo sano. Si, me mudé. Después de 5 días seguidos y 18 viajes de ida y vuelta con mi coche hasta la colcha, he conseguido cambiar de domicilio. ¿Alguna vez han hecho una mudanza?. ¡Dios, no sabía cuántas cosas tenía en casa!.

Y es que, casi sin darse cuenta, uno va atesorando a lo largo de su vida objetos y recuerdos en cajones, sobre el armario, en el trastero o bajo la cama. Ahí van algunas perlas. Conseguí reunir hasta 12 cargadores distintos de móviles; 25 pilas de distinto tamaño la mayoría a medio gastar; 79 euros en monedas de 1, 2 y 5 céntimos; 456 pesetas en monedas de 1, 5 y 25; un caballito de mar sobre una cocha marina recuerdo de Benidorm; 8 peines blancos, 4 gorros transparentes de baño, 9 botes de champús y 3 calzadores en sus respectivas fundas con los nombres de hoteles distintos; 5 cassetes vírgenes de 90 minutos; 4 mandos a distancia de vaya usted a saber qué aparatos; 120 gramos de pelusas con denominación de origen que me llamaban por mi nombre por eso de la confianza; dos resguardos de entradas de Miguel Ríos de 1983 en el Estadio Domecq con Leño y Luz Casal como teloneros; 21 calcetines desemparejados; un examen de latín que aprobé con un 6’5; un llavero de la Caja de Ahorros de Jerez y otro de Bodegas Valdespino; 7 rotuladores carioca y 8 bolígrafos sin capuchones; 7 cromos del Barça de Neeskens, Migueli, Rexach y Asensi; 5 tebeos de los de la Familia Ulises, Josechu el Vasco o Petra criada para todo; una raqueta de madera de cuando jugaba al tenis; 6 fichas de dominó; unas páginas amarillas de 1980; tres chuletas de derecho romano enrolladas formando un pequeño papiro…

En fin, una sarta de “recuerdos” de toda una vida que, en la mayoría de los casos, me he resistido a tirar a la basura. Por que cada uno de ellos evoca un momento, un instante, un olor, una vivencia personal e irrepetible. Objetos que se unirán a otros que iré atesorando en los próximos años y que forman parte de mi vida. Por cierto, que las pelusas las he guardado en una cajita de cartón, las pobres….

1 comentario:

  1. Me he reído mucho mucho con tu mudanza. me recuerdas a alguien jajajaja

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