(Artículo publicado el 25/6/09 en Viva Jerez)
Hoy es el último día para pagar el impuesto del coche. No sé qué pasa pero siempre lo dejo para el último día. Recibo en mano, camino con paso ligero por la Plaza Esteve. Miro fugazmente el reloj. Doce en punto del mediodía. 33 grados. Al pasar por el Gallo Azul, alguien me llama. Hola qué tal, abrazos, recuerdos de la familia, cómo estás en el trabajo, a ver si nos vemos y tomamos algo. 10 minutos de charla y yo mirando el reloj. ¡Nos vemos otro día, que debo pagar el sellito del coche!. Por fin, llego al banco. Prefiero no indicar cuál por razones que ahora paso a relatarles. Entro y la primera en la frente. Ante mí, una cola que llega a la calle. Tendré que esperar. 10 minutos después, la cola no ha avanzado nada. Comienzan los comentarios de los clientes. Que si esto es una vergüenza, que llevo un rato esperando, que dónde está el director… Pasan 15 minutos y sólo he avanzado un par de metros.
Un teléfono suena en una ventanilla, pero nadie lo coge. Decenas de empleados encorbatados deambulan de un lado a otro. Miro las cinco ventanillas teóricamente dispuestas para recibir a los clientes y sólo están habilitadas dos. De repente, uno de los clientes finaliza la gestión y la chica pone el cartel de “Fuera de servicio”, o algo así. Recoge su bolso, a una compañera y se marchan fuera del banco (puestos a adivinar, supongo que antes no se pilló la hora del desayuno o que tendría reducción de jornada por maternidad, o vaya usted a saber la razón). Pero lo cierto es que ahora solo queda una ventanilla para gestiones, cuatro vacías y una cola cada vez más larga y enfadada. Algunos clientes, cansados de esperar, desisten y se marchan lanzando exabruptos.
El teléfono vuelve a sonar y nadie lo coge ¿Porqué?. Ha pasado una hora. Solo tengo a dos personas delante. En ese momento oigo al empleado de la ventanilla que dice en voz alta que se ha colgado el sistema, y que debemos esperar un rato hasta que vuelva la conexión. Se me queda una cara de tonto y me pregunto quién es el banco para hacerme perder el tiempo. ¿Qué se creen sus directivos?.¿Es que a nadie se le cae la cara de vergüenza al ver la cola que se forma?. ¿A nadie le importa la imagen del banco y los comentarios malsonantes de sus clientes?. ¿Falta de previsión, desinterés?. Por cierto, ¿Alguien puede coger ese maldito teléfono?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario