
Eso me daba (nos daba) Antonio Vega cuando en el escenario empezaba a cantar, a fundirse con un canción eterna que resultaba siempre nueva, como recién nacida. Él volvía a estar allí, en el núcleo mismo de la canción, en cada una de sus notas y frases, inventándolas de nuevo, descubriéndolas, ofreciéndonoslas. Su voz cambiaba, él cambiaba. Delgado, demacrado, huidizo, cumplía años, pero seguía aferrado a la guitarra, seguía sosteniéndola por esa fe que nadie sabe de dónde sacaba, que a veces se esconde, y que, sin embargo, todos reconocemos. Su voz se apagó hace unos meses. En los últimos años, era una sombra de lo que fue, pero su forma de inclinar la cabeza hacia la guitarra que tenía un punto de dolor nos recordaba a ese Antonio ya mítico y a su chica de ayer.
Youtube es una mina. He rescatado dos vídeos que lo dicen todo (el principio... y el final). El primero es de 1980. Fue la primera vez que Nacha Pop intervino en Televisión Española. "Un joven grupo español que quiere llegar a ser importante" (en palabras de Pepe Domingo Castaño, en el programa 300 millones).
El segundo vídeo es más cercano en el tiempo. Nacha Pop con la Orquesta de RTVE. Fue hace un par de años. Se ve la evolución de Antonio Vega aunque al ver el concierto en DVD volví al núcleo de una canción eterna y volví, una vez más, a tocar lo mágico. Ahí queda eso. Un lujazo
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