VILLALUENGA
(Artículo publicado en Viva Jerez el 17.11.2016)
A las cinco todo recogido y para el pueblo, que es viernes y me espera
un fin de semana en Villaluenga del Rosario de descanso, lectura, chimenea y
paseos por la Ruta del Republicano… Eso es lo que siempre digo pero después la
realidad es otra… En fin que les cuento. Llego, y después de aparcar el coche
frente a las casas de Antonio el Municipal, a coger los tiestos y subir la
cuesta. Empiezo decidido pero a los tres metros ya se ve me la lengua fuera y
jadeando. En ese momento, Cristóbal que alzando el bastón me da las buenas
tardes mientras me adelanta por la derecha (tiene 91 años). Casi no puedo
responderle, asfixiado. Dejo las cosas y para la Alameda. En el camino me
encuentro a Jesús y a su mujer Hetepheres. Esteban, que tenemos pendiente la
copita de brandy en mi casa. Es cierto, amigo. Te llamo mañana y quedamos.
Ya
en la plaza, coincido con Alfonso Moscoso, el alcalde ¿Una cervecita en lo de
Antonio? En fin, hay que hacerle caso a la autoridad. Ya en la barra, Salva “El
Españita” que, antes de que el vaso vea fondo, me pone otro. Que no le falte de
ná al jerezano ¿Un dominó? Flores y tu contra Ruano y yo; jerezanos contra
payoyos. Venga. El pito doble, paso que no llevo, cerrojazo y pierdo. Me toca
invitar las tres cañas que pedimos por cabeza. Va haciendo fresquito. Me voy a La
Velada. En el camino, Virgilio el hijo de Clotet que me para ¿Copita de Alfonso
en el Hotel? No voy a hacerle el feo, así que cuesta arriba para La Posada. En
la puerta, Ignacio el farmacéutico ¿Te apuntas? Le digo. Bueno ya me iba, pero
en fin, me apunto. Unas risas, Berna trae unos altramuces y pégale una pataíta
al olivo. Media hora más tarde, llego a La Velada. Hola Juana, como están los
niños. Hola Paco, qué tal la pierna. Ponme una cañita y ese semicurado tuyo que
está de lujo. En estas que veo aparecer al doctor Quique Guillén y a Ana
¿Cuándo habéis venido? Hace una hora. Nos quedamos hasta el domingo. Un par de
chistes, que tal la semana… Para rematar la faena, entra por la puerta mi amigo
Pepe el cocinero, su mujer Concha, Cándido y Manolo “El Venencia”. La
empatamos, me digo. De aquí no salgo hasta las tantas. Y efectivamente. Que si
otra cervecita, que si unas albóndigas…
Son las once. ¡Hasta mañana familia!
Camino de vuelta y al pasar por lo de Juan y Mara, el de Valladolid que me pega
una voz. Esteban ¿Un gin tonic en La Espuela? De perdidos al rio, me digo. Un
futbolín, dos copas largas cada uno y a las doce para casita. En ese momento,
un mensaje al whatsapp del grupo de jerezanos “Villaluenga de la Frontera”. Es
mi colega Mauri ¡Quillo, para mañana barbacoa en Los Alamillos! Vamos todos., Mucha
carne, quesito payoyo, cerveza, tintito y vamos que nos vamos! Cristina llevará
unas sardinitas que ha comprado en la plaza. No puedes faltar. Compra pan y
unos dulces en lo de Pepi y tráete ese whisky que tú tienes, que yo pongo la
cocacola. Y pienso ¿Lectura, descanso, senderismo? Al menos me queda la
chimenea, que ya va haciendo fresquito…
Has hecho el recorrido típico que se hace en Villaluenga con frecuencia, que cualquiera piensa hacer en un momento, que te dices a ti mismo: “ahora vengo”, “vamos… ya mismo estoy aquí” y que sales a las 12’00 y entre saludo y saludo, cerveza y copita, café y cubata, efectivamente vuelves a las 12’00, que son las 24’00, pero bueno el día se te ha ido en un “pic pac” y eso es lo importante, desconectar del trabajo semanal, descargar tensiones y cargar energías para afrontar la semana venidera.
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