miércoles, 22 de junio de 2016

EL PACTO

(Artículo publicado en Viva Jerez el 23/6/2016)
Decenas de periodistas, cámaras, micrófonos. Todos aguardando ese momento que en segundos recorrería las redacciones de todos los medios de comunicación anunciando ese ansiado pacto. Atrás quedaban días intensos de negociaciones, de tiras y aflojas, de dame y te doy. Pero finalmente había llegado el día y una firma sobre un papel y un apretón de manos rubricarían una alianza que muchos esperaban… Bien podría ser éste el relato de una historia que podría narrarse antes de que finalizara este electoral mes de junio. Sí, estoy hablando del pacto al que están abocados los principales partidos que concurren el domingo a los comicios generales. Les confieso que me produce algo de desazón el día después. Las desaforadas exigencias de unos y el inmovilismo de otros podrían dar al traste, una vez más, a un proceso que si no llega a buen término perderemos todos. 

Me gusta la política. Creo que el principal exponente de la democracia, con sus luces y sus sombras, es posibilitar a grupos heterogéneos de ciudadanos pensar diferentes modelos de país y ponerlos sobre la mesa para que usted y yo podamos decidir con nuestro voto el que más creamos conveniente. Con libertad, sin ataduras, en su sobre cerrado y con una papeleta doblada. Pero ¿qué ocurre el día después si ninguna de las opciones políticas ha obtenido la mayoría suficiente para gobernar en solitario? Pues ya sabemos lo que pasó la primera vez. Semanas y semanas de negociaciones donde primaron la soberbia y el orgullo frente al bien común. De uno a otro lado del arco político. Unos porque anteponían cargos (por cierto, poco acordes con sus ideales). Otros porque anteponían el “no” antes del “ya veremos”. Y otros haciendo bueno al perro del hortelano que ni comía ni dejaba comer. Lo cierto es que decidieron dar una patada al balón y volver a disputar el partido antes de mirar por el bien común. El domingo volvemos a las urnas (dicho sea de paso, me toca de presidente de mesa). Y el lunes me temo que volveremos a revivir el “día de la marmota” y las miradas volverán a estar centradas en los líderes políticos que una vez más estarán abocados a sentarse, dialogar y tragarse los dardos envenenados que dijeron y que les dijeron y que las hemerotecas se encargan de revivir. 

Os aconsejo ver la serie televisiva “Borgen”, emitida por la cadena pública danesa. Narra, en clave de ficción, las interioridades y las intrigas de la política en este país. Lo realmente interesante de esta serie es comprobar el grado de democracia que han alcanzado en materia de pactos. Es lo normal y así lo asumen partiendo de la base de que cualquier partido desea lo mejor para su país, aunque difieran en la forma. Madurez política. Madurez democrática. Probablemente lo que ha faltado en este país en los últimos meses. Espero, con sinceridad, que las cinco líneas que encabezan este artículo se hagan realidad a partir del lunes. De lo contrario, sería para salir corriendo.

miércoles, 8 de junio de 2016

MI AMIGO

(Artículo publicado en Viva Jerez el 8/6/2016)
Mi amigo conoce a mucha gente importante y eso, en los tiempos que corren, es lo más. Me cuenta que el otro día lo paró la Guardia Civil en un control de alcoholemia, y que dio positivo, y que con una sola llamada a un amigo benemérito le quitaron la multa. Algo parecido le pasó con una notificación del ORA. Llamó a su cuñado, que trabaja como controlador, y de la multa nunca más se supo. Uno de sus primos, que trabaja en el Teatro, le consigue cada vez que lo desea una entrada en palco por la patilla, desviando una de esas invitaciones que les dan a los políticos. Saca pecho al recordarme su amistad desde la mili con uno de los responsables del Circuito que le da pases vip para asistir a las grandes carreras, y con otro del Xerez que lo cuela en el palco con un pase de prensa cada vez que puede. Cierto día fue hospitalizado por una ligera dolencia leve. Entornando los ojos en un claro gesto de suficiencia me asegura que tuvo una habitación para él solo y los mejores cuidados, ya que uno de los responsables de planta del Hospital es el tío de su mujer. El crédito hipotecario de su vivienda es envidiable, según me dice. No en vano, juega al pádel con el director de su oficina bancaria y, alguna vez, salen a cenar las parejas. 

Mi amigo es, para que se hagan una idea, de los que entran en la Feria con 20 euros y salen con 25. Reparte abrazos por doquier y esboza sonrisas a todos los que se le acercan, que son muchos. Y es que conocer a alguien importante te hace más importante a los ojos de los demás, que envidian tu agenda y tus contactos en todas las esferas. Lo que más me llama la atención es que en esta sociedad es un valor añadido que uno tenga tantos enchufes y se valore a amigos como el mío como un triunfador por ello. Porque el mensaje que dan es que todo vale con tal de colarse de gorra en los sitios. Que pagar la multa del ORA o de la Guardia Civil es de “pringaos”, que abonar la entrada del Teatro o del Circuito es de gente vulgar, que compartir habitación en un Hospital es para la plebe, que esperar la cola en una oficina es para gente que no conoce a nadie importante, como es su caso. Mensajes como el de mi amigo minan y devalúan la confianza del resto de mortales en las instituciones. 

Pero también la pasividad de éstas que consienten y hacen la vista gorda a los enchufes, desmanes y ostentaciones públicas de estos caraduras del favoritismo haciendo buena la ley del más listo (que no inteligente). Miren a su alrededor. Seguro que conocen a algún amigo gorrón como el mío. Y recuerden que si él se cuela igual usted se queda fuera y que si él no paga se lo cobrarán a usted…

miércoles, 1 de junio de 2016

YA ESTÁ BIEN

(Artículo publicado en Viva Jerez el 2/6/2016)
Ya está bien de poner excusas, de la culpa la tiene el de enfrente, que todo está mal y qué pena de país y de ciudad ésta que se hunde en la miseria. Ya está bien de poner el acento en las siete plagas de Egipto que asolan a esta sociedad que no acaba de remontar. Ya está bien de decir que el panorama está negro y que no se ve luz al final del túnel. Ya está bien de hablar de la paja en el ojo ajeno cuando no somos capaces de ver la realidad por la viga que nos tapa el nuestro. Ya está bien de inculpar al jefe, al alcalde, al presidente de la comunidad de vecinos, a la Merkel o al tertuliano de La Sexta. Ya está bien de decir que los políticos o los banqueros tienen la culpa de nuestros males (que sí, que en parte es verdad, pero de qué nos sirve repetir el mismo mantra una y otra vez). Ya está bien de hablar del amigo que se ha estrellado en la empresa que montó y no hablar del otro amigo que triunfa. Ya está bien de gastar energías en resaltar lo mal que estamos y lo mal que estaremos. ¡Ya está bien! ¡Ya está bien! Soy consciente de que las malas noticias son más noticias que las buenas noticias. Nunca escucharemos lo bien que le va a Pepe. pero sí nos regodearemos de lo mal que le va a Juan que no levanta cabeza. Somos así. 

Hace años salió el periódico “Buenas noticias”. Duró dos meses. Sin embargo “El Caso”, que ahora rememora TVE en una serie, duró 45 años. Da para reflexionar… Pues bien, ahora que coordino y presento “Avanza”, un programa que se emite en Onda Jerez los martes a las 21 horas, he descubierto gente que un día arriesgó, que emprendió un camino difícil, no exento de obstáculos. Jerezanos que dieron un paso al frente, superaron la barrera del conformismo y se lanzaron a emprender, desoyendo los atrabiliarios cantos de sirena de profetas sin oficio. 

Empresarios como el belga y gaditano Jan de Clerck siempre rodeado de dos mares; Miguel Moncayo y Ana Triano con su premiada cerveza Xela regada de vino de Jerez; Antonio Páez Lobato que sigue manteniendo su reinado alzando al cielo su copa de vinagre; Alberto Alcántara que un día soñó con Xerintel y que ahora parece no tener límites; Antonio Mariscal un visionario empresario de viajes que triunfa en el país con Bookingfax; Alberto Villagrán que con mucho tesón reinventó en Jerez el negocio de la compra venta inmobiliaria; o mi querida Lola Rueda incansable mujer imparable que nos da alas para seguir avanzando. Éstos y no otros son espejos en los que reflejarse. Referentes de prestigio que engrandecen a esta ciudad. Emprendedores que luchan cada día en Jerez para avanzar sin límites…

miércoles, 18 de mayo de 2016

QUE NO,QUE NO

(Artículo publicado en Viva Jerez el 19/5/2016)
Que no. Que nadie se equivoque. Que nada volverá a ser lo que fue. Que todos, tanto usted como yo, la sociedad en general, la economía… Todos hemos cambiado y nada volverá a ser lo mismo. Cuanto antes nos demos cuenta, mejor. Se acabaron los sueldos de miles de euros y pluses por casi todo, los altos tipos de interés, el pisito en la playa y un mes de vacaciones pagadas. Atrás quedaron las mariscadas “vamos que nos vamos y ponme otra de gambas blancas” en Romerijo, los viajes a Cancún que “pa eso está la tarjeta de crédito”, las tres hipotecas, el kárate del niño y las clases de ballet y de hípica de la niña, la casa en el Rocío con mucho jamón “del bueno” y muchos langostinos de Sanlúcar. Que no. Que igual alguno de los que ahora leen esto se pueden permitir alguno de estos “lujos”, pero no todos (yo no). Que la cosa no está para tirar cohetes. Que ahora ser licenciado en derecho, en medicina o en arquitectura no te da pasaporte directo para vivir en Montealto y codearte con los Domecq. Y que incluso tener este apellido, no te garantiza ir a las fiestas de postín en Jerez, sobre todo porque ya casi no hay fiestas de postín. Que ya no queda dinero ahí fuera y si lo hay lo tienen unos pocos, lo de siempre, esos que miran a los de abajo por encima del hombro. Que el dinero que nos queda está bajo una losa, un colchón o en una cuenta corriente al 1% y date con un canto en los dientes. Que preferimos arreglar el coche antes de comprarnos otro nuevo, no vaya a ser que… 

Que a los niños un día a los cacharritos de la Feria (el miércoles que es más barato) que no está la economía para farolillos. Que a mi primo Manolo la empresa le ha aplicado un ERE y ahora está echando curriculums a diestro y siniestro y no encuentra nada; que a mi amigo Juan se le ha acabado el paro y está cogiendo caracoles para llevar algo a su casa y que mi cuñada trabaja diez horas de media por 500 euros y cállate que hay cola ahí fuera esperando. Que nadie habla ya en tono despectivo de los “mileuristas”. Que mi hija estudia alemán por si tiene que coger la maleta y buscarse la vida con la teutona de Merkel. Que tenemos miedo en el cuerpo por lo que vaya a pasar. Que llevamos oyendo hablar años de los brotes verdes pero que por mucho que escarbamos no aparecen. Que los bancos no dan crédito y ni siquiera una mísera sartén de teflón por ingresar allí tu dinero. Que hemos hipotecado la dorada vejez de nuestros mayores poniéndoles la mano cada vez que cobran a primeros de mes. Que cada día nos levantamos con ganas de decir hasta aquí hemos llegado y vamos a comernos el mundo y seguro que saldremos de esta, pero la calle es la calle y las historias que en ellas nos cuenta nuestra gente es para tirar la toalla. 

Todo ha cambiado. Dicen que esta nueva generación será primera de la historia cuyos hijos vivirán peor que sus padres. Me da miedo, tristeza. Habrá que reinventarse, supongo. Y cambiar el chip. Y plantar nuevas semillas que nos descubran nuevas sendas. En fin, no me tengan en cuenta. Hoy me he levantado un poco tristón. Mañana, mañana será un nuevo día. O no…    

miércoles, 11 de mayo de 2016

SOMOS GILIP...

(Artículo publicado en Viva Jerez el 12.5.2016)
Tenemos una Feria del Caballo envidiada por todos. Con unas casetas y portadas que son auténticas obras de arte; un paseo de caballos inigualable en el mundo y un Parque González Hontoria de exposición. Además derrocha arte, clase y un señorío propio de esta tierra. Y vamos ahora y nos liamos a grabar en vídeo desde todos los ángulos la pelea del miércoles en la Caseta de La Viga y la difundimos en el Whatsapp, en Facebook, en Twitter, en Instagram, en la web, en el Youtube… ¡con dos pelotas! ¿Qué hemos conseguido con esto? Pues sencillamente, hacer virales cada uno de estos vídeos más allá de estas fronteras y como dice con más razón que un santo mi amigo el periodista Pablo Cosano, “Vamos, lo mejor que podemos hacer para que el año que viene nuestros amigos, conocidos y contactos de las redes sociales vengan a la Feria del Caballo”. 

Claro, después llegan las grandes cadenas de televisión y oliendo la carnaza se hacen eco en sus informativos nacionales del “caos” de la Feria de Jerez con imágenes de sillas volando, heridos y detenidos. Vamos, un escenario “de guerra” que no invita a que los turistas quieran venir el año que viene no vaya a ser que le propinen un sillazo en la cabeza ¿Esa es la imagen que queremos transmitir al mundo? ¿Se acuerdan hace más de 15 años del motero que falleció haciendo el caballito en la Avenida? Pues todavía aparecen en la tele nacional imágenes de ese día para hablar de “la movida motera” en Jerez. De verdad que a veces no entiendo a esta ciudad con la que siempre he mantenido una relación de amor-odio ¿Saben cuántas peleas se producen durante la semana de Feria? Se podrían contar con los dedos de una mano, según constatan unas fuerzas de seguridad que siguen afirmado que nuestra fiesta es de las más seguras de España. 

Probablemente porque la unión del fino y el rebujito, con las tapas, el baile por sevillanas, el “paseo” de caseta en caseta y otros factores hacen que “cojamos en puntito” pero no ese estado de intoxicación alcohólica propio de otras fiestas. Bien es cierto que en decenas de miles de personas siempre hay quien se “pasa” y “mete la pata”. Pero coincidirán conmigo que son los menos y que eso les ocurre por mezclar el caldo de esta tierra (léase vino) con otras bebidas destiladas y “vamos que nos vamos que esto no será ná”. Probablemente es que yo viva “en otro mundo” o “en otra feria”, pero llevo desde que nací peregrinando cada mes de mayo al González Hontoria y pocos altercados que visto. En definitiva, que lo del miércoles fue una pelea de cuatro que no saben estar ni en su casa, que la Hermandad de la Viga no se merece un espectáculo tan lamentable y que otra vez que hagamos la gracia de compartir cosas lo hagamos del paseo de caballos, del espectacular alumbrado, de las portadas de las casetas y de la belleza de nuestras mujeres. Que ya está bien de tirarnos piedras a nuestro propio tejado…