Soy de los que aún piensan en
pesetas. Mecánicamente hago la conversión a una moneda con la que he convivido
la mayor parte de mi vida. Soy de los que sigo sin comprender esa moda de
llevar los vaqueros rajados por la rodilla o los calzoncillos por fuera del
pantalón. Soy de los que sigue dando los buenos días, las buenas tardes, las
gracias y el por favor. De los que ceden el paso a las señoras sin que eso
signifique atisbo alguno de machismo. Soy de los que siguen llamando de usted a
los profesores, y a los médicos y a los curas. De los que bajaban la cabeza
cuando mi padre bendecía la mesa. Soy de los cuatro angelitos tiene mi cama,
cuatro angelitos que me lo guardan. Soy de los que siguen disfrutando con una
buena película en blanco y negro. Soy de los que creen que la mili te hacía un
hombre y te marcaba el carácter. De los que iban al cole con zapatos de vestir,
y cartera y con la raya en medio.
De los que salían un sábado por la tarde a
Divina Pastora, o a San Joaquín, a Salve, a la Pandilla, o la discoteca
flamenca La Bodega, o a las fiestas en la caseta del Club Nazaret en el Parque.
De los que aun canturrean las canciones de los payasos de la tele. Soy de los
que añoran los tabancos de antes, los ultramarinos de antes, las droguerías y
las panaderías de antes. Soy de los que recogen un trozo de pan que se cae al
suelo, le soplo, lo beso y vuelvo a poner en la mesa. Soy de los que vieron por
la tele la muerte de Franco y proclamar Rey a Don Juan Carlos. Soy de los que
disparaban con escopeta de plomillos y ponía perchas para coger pajaritos sin
temer una multa de la Guardia Civil. De los que dormía tendido en el asiento de
atrás del coche cuando mis padres me llevaban de viaje. Soy de los que se
pasaban las revistas de chicas “con poca ropa” que alguien traía de la Base de
Rota.
De los que estudió parvulito, y la EGB, y un bachillerato en el que nos
juntaron a los niños con las niñas. Soy de los que criaba gusanos de seda en
cajas de cartón agujereadas y llenas de hojas de morera. De los que leían al
Capitán Trueno, y las aventuras de los cinco. De los que montaba la tienda de
campaña en la playa, y la Sierra sin pedir permiso. De los que iba a Ceuta a
comprar radiocasetes y a Portugal a comprar toallas. Soy de los que jugó en la
plazoleta, y en los Futbolines “Paco” en la calle Escuelas, y de los que
disfrutó de las tórridas noches de verano en el Terraza Tempul. Soy de los que
compraron en Simago y pasó en coche por la calle Larga cuando era Nacional IV. Soy
de la UHF, del VHS y de las BH. Soy… Soy el que soy. Y así es como soy…
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