Se llama Emilio Calatayud. Es juez de menores en Granada. Sus sentencias han hecho bajar la delincuencia de jóvenes en esta provincia, a la vez que ha aumentado el número de los que no reinciden en el delito. Hace un par de años publicó un libro en el que da a conocer su forma de trabajo, sus casi 20 años como juez aplicando sentencias en las que solo persigue la rehabilitación del joven. Un libro que he leído y que les recomiendo y en el que afirma que el delincuente es tan solo una “víctima de un sistema social”. Su “método” le lleva a visitar los centros de menores, a seguir los casos una vez que dicta sentencia e incluso a trabajar con ellos en el mismo entorno en el que cometieron sus faltas. La lectura de este libro me ha hecho reflexionar a cerca de la educación que estamos inculcando a nuestros hijos.
Permitanme que extraiga del libro el “Decálogo para formar un delincuente”, verdadero ejemplo de ironía de cómo no educar a los jóvenes. Ahí va. 1: Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece. 2: No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente. 3: Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas. 4: No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad. 5: Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás. 6: Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura. 7: Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre. 8: Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar. 9: Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones. 10: Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo. Y después de leer esto, actúen en consecuencia...
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