POLITICAMENTE CORRECTO
Estoy cansado. Harto de los extremos a los que hemos llegado en esta sociedad pretendidamente igualitaria. Hastiado de los excesos a los que nos someten los nuevos adalides de una democracia mal entendida. Fastidiado por tener que comulgar con ruedas de molino cada vez que hablo o escribo en determinados foros como éste. Siempre hay alguien escondido tras unas siglas rimbombantes que se aferra a una expresión, a un comentario o a una simple palabra sacada de contexto para tacharte de homófobo, machista, racista o xenófobo. Y ya no se trata de la ofensa gratuita a las minorías, medianías o mayorías sociales, que es execrable a todas luces. Hablo de tener necesariamente que coger el rábano por las hojas cada vez que se habla con el propósito último de quedar bien con todo el mundo.
De tener al lado el diccionario de lo políticamente correcto para revisar mientras se escriben las palabras que “no deben pronunciarse” (aunque aparezcan en el RAE y se hayan utilizado desde siglos), por otras que sí están “permitidas” y que presumiblemente no incomodan a una sociedad a la que le trae al pairo este tipo de eufemismos ridículos y circunloquios absurdos de género o condición para referirnos a personas o situaciones. Y es que es fácil que la corrección política se deslice con naturalidad hacia los extremos. En este artículo, como comprobarán, no he puesto ejemplos porque estoy convencido de que me atestarían la bandeja de entrada de mi buzón con insultos, descalificaciones y demás lindezas envueltas, muchas de ellas, en halos aleccionadores y llamadas constantes a la contrición de mis pecados cual oveja descarriada. Pero estoy seguro de que en la mente de muchos de ustedes aparecen cientos de ejemplos de la vida cotidiana. De hecho, les confieso que me ha costado escribir estas líneas. He borrado varias frases y palabras susceptibles de ser políticamente incorrectas, en un claro ejercicio de autocensura, consciente de que no puedo abstraerme al hecho de vivir en sociedad, pero sí de criticarla cuando crea oportuno. Pero en las distancias cortas, yo seguiré llamando negro a un amigo de color y ciego a un invidente con el que he pasado más de una noche de juerga. Y le contaré un chiste de mariquitas a un amigo gay y le diré viejo a mi padre, y hablaré de borrachos en vez de beodos, y de criada en vez de asistenta, y de aborto antes que de interrupción voluntaria del embarazo.
Creo que, al final, la cuestión no es “lo que se diga” sino “cómo” se diga. En mi caso, respeto profundamente a todos, y los que me conocen así lo atestiguarán. Y ahora, si a alguien incomodé con mi artículo, adelante: abajo tienen mi web. La hoguera está preparada y el reo dispuesto a que lo quemen para escarnio público. Pero seguro, que en el fondo, la mayoría piensa como yo.
Ay, Esteban/o, que el infierno/a te está esperando/a. Quienes con tanto/a cuidado/a hablan/o tienen poco/a que decir, de ahí que, con a/o, se olviden de que tambien e/e es sufijo que denota/o y, a fuer/a de luchar por la "igualdad/od, no paran de hurgar braguetas/os. Que se les puede hacer, sino hhuir de ellos/as
ResponderEliminarSaludos
Paco/a Aguilar/or
"AMEN palabra de Esteban" completamente de acuerdo contigo, ya es hora de dejar de morderse la lengua por culpa de una mancha de hipócritas, que han inventado lo políticamente no correcto; he descubierto tu Blogger y me gusta, permíteme seguir leyéndote.
ResponderEliminarCada vez, veo, que vosotros los profesionales de la prensa os involucráis más; para escribir en las paginas de la historia de esta ciudad, lo que ocurre sin miedos, ni tapujos, decir lo que pensáis nos enriquece más a los que humildemente paseamos por vuestras líneas escritas, pues vivís el día a día de forma diferente desde un perspectiva de profesional, vecino/a y persona con todo lo que eso conlleva.
Felicidades
IPJ
"AMEN palabra de Esteban" completamente de acuerdo contigo, ya es hora de dejar de morderse la lengua por culpa de una mancha de hipócritas, que han inventado lo políticamente no correcto; he descubierto tu Blogger y me gusta, permíteme seguir leyéndote.
ResponderEliminarCada vez, veo que vosotros los profesionales de la prensa os involucráis más, para escribir en las paginas de la historia de esta ciudad lo que ocurre sin miedos, ni tapujos decir lo que pensáis nos enriquece más a los que humildemente paseamos por vuestras líneas escritas, pues vivís el día a día de forma diferente desde un perspectiva de profesional, vecino/a y persona con todo lo que eso conlleva.
Felicidades
IPJ