miércoles, 8 de marzo de 2017

EL FAMOSO AUTOBUS

(Artículo publicado en Viva Jerez el 9.3.2017)
Probablemente haya sido una de las mayores campañas en muchos años que debería ser estudiada en las Facultades de Comunicación, Publicidad y Marketing. Nunca tan pocos, con tan pocos medios y sin argumentos de peso han llegado tan lejos. Hablo del famoso autobús naranja de la asociación “Hazte oír”. Tan solo hizo falta un mensaje provocador en un autobús recorriendo las calles de Madrid y como por arte de magia se produjo el milagro multiplicador y la protesta ha llegado a todos los rincones de este país y de medio mundo. Y ese mensaje que habrían visto cientos o miles de personas en la capital de España y que habría pasado desapercibido para la mayoría por ridículo y pasado de rosca, se propaga exponencialmente por las radios, la prensa escrita, televisiones y por supuesto por redes sociales, páginas webs, blogs, whatsapp… llegando pues a millones de personas en cualquier rincón del país, algunas más moldeables que otras. 

Después llegan los políticos, que se apuntan a un bombardeo, y la Iglesia, y las asociaciones igualitarias, y los sindicatos y los colectivos LGTB y lanzan proclamas acertadas contra el ya famoso autobús en concentraciones, en ruedas de prensa y en sus propias redes. Y salen los responsables de “Hazte oír” en entrevistas en todas las televisiones, junto al autobús, argumentando su mensaje. Y se reabre un debate que estaba zanjado hace mucho tiempo dando alas a los que habían aparcado un asunto que, dicho sea de paso, ya estaba ampliamente superado ¿Que hay un autobús lanzando un mensaje que puede atentar contra la legalidad vigente? Pues se denuncia ante la justicia y que decida. Y punto. Sin más recorrido, ni proclamas, ni exaltaciones públicas. Les invito a que escriban la palabra “autobús” en Google imágenes. Verán que aparecen decenas, cientos de fotografías de este autobús naranja ¿Qué se ha conseguido? Dar publicidad a cuatro retrógrados que, motu propio, nunca habrían ocupado ni dos líneas en una revista de barrio. Su efecto multiplicador ha sido efectivo gracias a todos nosotros. 

Debemos comprender que si cada vez que algún “iluminado” decide provocar a la sociedad con alguna barrabasada le damos cancha mediática, realmente le hacemos un favor elevando el mensaje a una categoría que no merece. Seguro que recuerdan la archiconocida cita de Oscar Wilde: “Hay solamente una cosa en el mundo peor que hablen de ti, y es que no hablen de ti”. O el dicho de aquella folclórica “Que hablen de ti, aunque sea mal”. Imaginaos si esta asociación hubiera tenido que afrontar los gastos económicos de una campaña publicitaria de tal magnitud. Impensable. 

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