miércoles, 18 de mayo de 2016

QUE NO,QUE NO

(Artículo publicado en Viva Jerez el 19/5/2016)
Que no. Que nadie se equivoque. Que nada volverá a ser lo que fue. Que todos, tanto usted como yo, la sociedad en general, la economía… Todos hemos cambiado y nada volverá a ser lo mismo. Cuanto antes nos demos cuenta, mejor. Se acabaron los sueldos de miles de euros y pluses por casi todo, los altos tipos de interés, el pisito en la playa y un mes de vacaciones pagadas. Atrás quedaron las mariscadas “vamos que nos vamos y ponme otra de gambas blancas” en Romerijo, los viajes a Cancún que “pa eso está la tarjeta de crédito”, las tres hipotecas, el kárate del niño y las clases de ballet y de hípica de la niña, la casa en el Rocío con mucho jamón “del bueno” y muchos langostinos de Sanlúcar. Que no. Que igual alguno de los que ahora leen esto se pueden permitir alguno de estos “lujos”, pero no todos (yo no). Que la cosa no está para tirar cohetes. Que ahora ser licenciado en derecho, en medicina o en arquitectura no te da pasaporte directo para vivir en Montealto y codearte con los Domecq. Y que incluso tener este apellido, no te garantiza ir a las fiestas de postín en Jerez, sobre todo porque ya casi no hay fiestas de postín. Que ya no queda dinero ahí fuera y si lo hay lo tienen unos pocos, lo de siempre, esos que miran a los de abajo por encima del hombro. Que el dinero que nos queda está bajo una losa, un colchón o en una cuenta corriente al 1% y date con un canto en los dientes. Que preferimos arreglar el coche antes de comprarnos otro nuevo, no vaya a ser que… 

Que a los niños un día a los cacharritos de la Feria (el miércoles que es más barato) que no está la economía para farolillos. Que a mi primo Manolo la empresa le ha aplicado un ERE y ahora está echando curriculums a diestro y siniestro y no encuentra nada; que a mi amigo Juan se le ha acabado el paro y está cogiendo caracoles para llevar algo a su casa y que mi cuñada trabaja diez horas de media por 500 euros y cállate que hay cola ahí fuera esperando. Que nadie habla ya en tono despectivo de los “mileuristas”. Que mi hija estudia alemán por si tiene que coger la maleta y buscarse la vida con la teutona de Merkel. Que tenemos miedo en el cuerpo por lo que vaya a pasar. Que llevamos oyendo hablar años de los brotes verdes pero que por mucho que escarbamos no aparecen. Que los bancos no dan crédito y ni siquiera una mísera sartén de teflón por ingresar allí tu dinero. Que hemos hipotecado la dorada vejez de nuestros mayores poniéndoles la mano cada vez que cobran a primeros de mes. Que cada día nos levantamos con ganas de decir hasta aquí hemos llegado y vamos a comernos el mundo y seguro que saldremos de esta, pero la calle es la calle y las historias que en ellas nos cuenta nuestra gente es para tirar la toalla. 

Todo ha cambiado. Dicen que esta nueva generación será primera de la historia cuyos hijos vivirán peor que sus padres. Me da miedo, tristeza. Habrá que reinventarse, supongo. Y cambiar el chip. Y plantar nuevas semillas que nos descubran nuevas sendas. En fin, no me tengan en cuenta. Hoy me he levantado un poco tristón. Mañana, mañana será un nuevo día. O no…    

miércoles, 11 de mayo de 2016

SOMOS GILIP...

(Artículo publicado en Viva Jerez el 12.5.2016)
Tenemos una Feria del Caballo envidiada por todos. Con unas casetas y portadas que son auténticas obras de arte; un paseo de caballos inigualable en el mundo y un Parque González Hontoria de exposición. Además derrocha arte, clase y un señorío propio de esta tierra. Y vamos ahora y nos liamos a grabar en vídeo desde todos los ángulos la pelea del miércoles en la Caseta de La Viga y la difundimos en el Whatsapp, en Facebook, en Twitter, en Instagram, en la web, en el Youtube… ¡con dos pelotas! ¿Qué hemos conseguido con esto? Pues sencillamente, hacer virales cada uno de estos vídeos más allá de estas fronteras y como dice con más razón que un santo mi amigo el periodista Pablo Cosano, “Vamos, lo mejor que podemos hacer para que el año que viene nuestros amigos, conocidos y contactos de las redes sociales vengan a la Feria del Caballo”. 

Claro, después llegan las grandes cadenas de televisión y oliendo la carnaza se hacen eco en sus informativos nacionales del “caos” de la Feria de Jerez con imágenes de sillas volando, heridos y detenidos. Vamos, un escenario “de guerra” que no invita a que los turistas quieran venir el año que viene no vaya a ser que le propinen un sillazo en la cabeza ¿Esa es la imagen que queremos transmitir al mundo? ¿Se acuerdan hace más de 15 años del motero que falleció haciendo el caballito en la Avenida? Pues todavía aparecen en la tele nacional imágenes de ese día para hablar de “la movida motera” en Jerez. De verdad que a veces no entiendo a esta ciudad con la que siempre he mantenido una relación de amor-odio ¿Saben cuántas peleas se producen durante la semana de Feria? Se podrían contar con los dedos de una mano, según constatan unas fuerzas de seguridad que siguen afirmado que nuestra fiesta es de las más seguras de España. 

Probablemente porque la unión del fino y el rebujito, con las tapas, el baile por sevillanas, el “paseo” de caseta en caseta y otros factores hacen que “cojamos en puntito” pero no ese estado de intoxicación alcohólica propio de otras fiestas. Bien es cierto que en decenas de miles de personas siempre hay quien se “pasa” y “mete la pata”. Pero coincidirán conmigo que son los menos y que eso les ocurre por mezclar el caldo de esta tierra (léase vino) con otras bebidas destiladas y “vamos que nos vamos que esto no será ná”. Probablemente es que yo viva “en otro mundo” o “en otra feria”, pero llevo desde que nací peregrinando cada mes de mayo al González Hontoria y pocos altercados que visto. En definitiva, que lo del miércoles fue una pelea de cuatro que no saben estar ni en su casa, que la Hermandad de la Viga no se merece un espectáculo tan lamentable y que otra vez que hagamos la gracia de compartir cosas lo hagamos del paseo de caballos, del espectacular alumbrado, de las portadas de las casetas y de la belleza de nuestras mujeres. Que ya está bien de tirarnos piedras a nuestro propio tejado…